El presente artículo fue escrito por Claudia Amaya Martell, abogada y Presidente de Federalismo y Libertad Honduras.

A raíz de la situación económica-política del socialismo del siglo XXI y de los países que han imitado ese modelo, se puede decir con propiedad que es un fracaso, por la violación de libertades individuales y civiles que sufren sus ciudadanos, sea en materia de inseguridad personal, inseguridad jurídica, desabastecimiento, o falta de inversión nacional y extranjera, que genera un alto índice de desempleo y no un clima de desarrollo económico ni atractivo para invertir.

En Latinoamérica, sin embargo, tenemos grandes defensores de la Libertad: a Leopoldo López, a María Corina Machado, y a tantos otros que día a día se enfrentan a una dictadura y exponen sus vidas solo por una razón: por alzar la voz de la Libertad.

No se pierde la esperanza por los liberales que hemos alzado la voz. Ha despertado la lucha por la libertad que no cambia por nada y no es negociable.

¿Y qué queremos los liberales? Libertad, respeto a un Estado de derecho, igualdad ante la ley, libre mercado, fomentar la inversión nacional y extranjera para crear riqueza y prosperidad, fortalecer la seguridad jurídica, respeto a la propiedad privada y, sobre todo, el desarrollo del individuo.