Miserable usted, Presidente

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Por: Facundo Esquercia.

El Presidente Alberto Fernández tildó de miserables a los empresarios que despiden empleados en medio de la pandemia, como si los dueños de las pymes fueran personas despiadadas que lo hacen por diversión o aburrimiento.

Ante esta situación no puedo dejar de preguntarme ¿son los empresarios, esos que generan riqueza, los verdaderos miserables o, por el contrario, son los políticos, esos que año tras año con sus decisiones, empobrecen a la población de la República Argentina?

 

Veamos los datos

En los 70 Argentina tenía el doble del PBI Per Cápita que tenía Chile. Hoy Chile tiene un PBI Per Cápita 50% mayor al de Argentina. ¿Cómo es posible que un país con tan pocos recursos naturales nos gane en cuanto a riqueza en tan poco tiempo? La respuesta es fácil, aunque nada sencillo de resolver: el tamaño y la ineficiencia del Estado.

Mientras en Chile destinan su esfuerzo en achicar el Estado y apostar al libre comercio, de este lado de la cordillera se encargan de agrandar cada vez más el sector público. Poniendo abusivas trabas e impuestos exorbitantes a los que quieren invertir.

Hoy, abril de 2020, Argentina tiene un PBI Per Cápita similar al del 2.009. Poco más de una década de estancamiento, no crecemos. Dos años de recesión, 40% de pobres y una inflación que ronda los 50 puntos. Y esto sin duda, es culpa de la clase política.

Libertad económica

En cuanto al libre comercio, los países que prosperan y son cada vez más ricos, lideran los índices de libertad económica. Argentina ocupa el lugar 149 y sigue cayendo en el ranking.

Mientras el mundo se abre cada vez más y se dedica a comerciar entre sí, Argentina lo único que hace es cerrarse y ahogar al sector privado.

Sector impositivo

Si hablamos de impuestos, la situación de Argentina no mejora, seguimos siendo de los peores del mundo. Con más de 160 impuestos y 69.000 regulaciones, somos el país que más carga impositiva tiene, detrás de la Isla de Komodo. Perteneciendo así, al grupo de países menos atractivos para realizar inversiones.

En Argentina la presión impositiva para el que está en blanco es del 70% (entre aportes personales y los impuestos que paga cuando compra un bien).

La tasa impositiva sobre los ingresos para una persona física es del 35%, mientras que para una empresa es del 30%. A esto hay que sumarle impuestos como IVA, IIBB y otros impuestos nacionales, provinciales y municipales. Lo que hace realmente imposible para una pyme poder subsistir.

Ineficiencia del gasto público

Un estudio reciente realizado por el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) arrojó que la peor zona del mundo, es decir la zona que peor gasta el dinero público, es América Latina y el Caribe, con un promedio del 4,4 % del PBI. Argentina eleva el promedio, teniendo una ineficiencia del gasto público de 7,2% del PBI.

Un dato muy importante y que no hay que pasar por alto es uno de los conceptos dentro de esa ineficiencia, llamado filtraciones (robo). Argentina tiene 5% de filtraciones, es decir que en Argentina se roban más de lo que en promedio la región tiene de ineficiencia del gasto público.

Conclusión

Teniendo en cuenta los datos antes mencionados, se explica la razón por la cual Argentina de ser el país más rico del mundo en 1895, hoy es número 70 y con grandes chances de ser más pobre.

Leyendo e informándonos creo que está claro que el problema, señor presidente, son los políticos y sus decisiones ahogando a impuestos a los que deciden invertir, tomando los riesgos que eso implica, poniendo miles de trabas como pueden ser las leyes laborales, defendiendo sindicalistas mafiosos que manejan el país, etc.

El problema, es el sector público con su eterna costumbre de robar insaciablemente y un sistema judicial absolutamente politizado, lo que hace que nunca paguen por sus crímenes.

Los verdaderos miserables

Entonces, ¿quiénes son los verdaderos miserables? ¿el sector privado que se rompe el alma trabajando y generando riqueza, aún con todas las trabas mencionadas, o los políticos sin escrúpulos?

¿Miserable es aquel que hace malabares para poder pagar los sueldos o son miserables los del sector público con su fatal arrogancia (como bien decía Hayek) que viven de espalda a los datos y haciendo cosas que nunca funcionaron en la historia?

¿Miserable el que genera puestos de trabajo o miserable el que, desde la poltrona del poder,  hace que sea imposible sostener una pyme y, por lo tanto, sostener esos puestos de trabajo?

¿Es un tirano el dueño de una empresa que no llega a fin de mes o los políticos que en medio de la pandemia se otorgan un bono de $100.000?

 

En este contexto no me queda más alternativa que decir miserable a usted y toda la casta política, señor presidente.

Facundo Esquercia

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