Corrientes, 28 de Octubre de 2019
ELECCIONES: Una decisión entre la espada y la pared
Tras 36 años ininterrumpidos de “democracia”, los ciudadanos de la República Argentina hemos elegido a nuestro próximo representante, quién será el encargado de conducir el carro nacional y deberá sortear los obstáculos presentes y futuros que determinarán la continuidad de esta tan magullada Nación.
La incertidumbre generada, luego del resultado definitivo, ha expandido el panorama especulativo de todos aquellos que habitamos el territorio argentino, a tal punto que el gobierno actual ha decidido tomar medidas interventoras de carácter drástico y restrictivo ante una inminente salida exacerbada de los depósitos bancarios.
El pánico infundado en la cotidianeidad de las personas honradas, quienes consideran que la transición del estado socioeconómico cataclísmico que vive nuestra nación, no posee solvencia en los programas y métodos de manejo que tendrá el gobierno electo, confirman el desencanto y el hartazgo de la gran mayoría de la sociedad, hacia los dos modelos estructurales que fueron postulados y tuvieron mayor trascendencia en esta contienda electoral.
A grandes rasgos, el mercado tampoco ha dado un visto bueno al sostenimiento del programa económico actual, y mucho menos, al inválido programa cerrojo de quienes hoy pasarán a ser los encargados de guiar el rumbo de la Argentina, los mismos que en gobiernos anteriores, han dilapidado el comercio interior y exterior argentino y han ahuyentado todo tipo de negociación fructífera para el crecimiento de la misma, sin dejar de mencionar el deterioro institucional y diplomático a causa de actos vandálicos y corruptos que han atentado contra la jerarquía y el bienestar general de la república.
Estas elecciones eran una prueba para demostrarnos a nosotros mismos en qué sociedad vivimos y queremos vivir. Con qué valores e ideales, pilares fundamentales de cualquier sociedad que desea progresar y desarrollarse. Y la » prueba», claramente la desaprobamos.
A los argentinos nuevamente nos endulzaron los oídos con caminos fáciles y sin esfuerzos .Y volvimos a caer. Nuevamente tropezamos con la misma piedra, entregándonos a propuestas vacías y proyectos irracionales. La Argentina nuevamente está dormida, arrodillada ante la corrupción y la mentira. Más de lo mismo.
El sueño de un país serio, ordenado y próspero se esfuma y nuestra nación es noticia en el mundo, el cual no puede llegar a comprender el accionar de este pueblo. Y es que, lo valores parecen ser sólo un eslogan alejado de los hechos. Es hora de “Que dejen de ser palabras y se vuelvan hechos”, como dijera alguna vez Juan Bautista Alberdi.
Lamentablemente, los actos luctuosos por parte de ambos gobiernos, el actual y el anterior – el mismo que hoy fue escogido-, nos han ubicado en las puertas de una encrucijada, entre la espada y la pared.
Solamente la valentía y sinceridad o un milagro divino, harán que la Argentina pueda reflotar o al menos, posicionarse en un escenario menos inestable y así, lograr la redención tan añorada por todos los argentinos.
Con mucho pesar y desconcierto, el pueblo argentino deberá volver a levantarse y salir a combatir contra tanta tiranía enmascarada en la pseudodemocracia paupérrima que poseemos, soslayando las diferencias entre pares y unificando su labor en pos del progreso de esta pobre Patria, víctima del desdén y la avaricia de los déspotas, utilizando nuestra arma fundamental, la memoria; aludiendo a las palabras del General San Martín: “La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien”.
Rodriguez Montiel, Guido Emanuel
Coordinador de Grupo Universitario –
Fundación Club de la Libertad y
Agrupación Liberal Alberdi.