Este miércoles en la Cámara de Diputados se dio media sanción al proyecto de ley de góndolas, el cual propone que haya un tope de espacio (30% de góndola) por marca. Además establece un mínimo de 5 proveedores de un producto por cada estante. Este proyecto tiene por finalidad limitar la exhibición de los productos que más se venden en el mercado, en este proyecto de ley se destacan amenazas tanto para el empresario como para el empleado.

Por el lado de los primeros, se sabe que en un supermercado mientras mayor metros cuadrados en góndolas tenga, más va a ganar, para esto también hay que tener un depósito con suficiente capacidad de almacenamiento para después reponer los productos ya vendidos. En esto se ve afectado por una cuestión de espacios, va a tener que adquirir más productos, de esta manera limita su poder de compra con respecto a otra marca más vendida para obtener otra que no sabe si el consumidor está dispuesto a comprar, esto concluye en la escasez del producto que más se vende y en pérdidas con respecto a los productos que están limitados por la fecha de vencimiento y no pueden ser almacenados a ¨largo plazo¨, en consecuencia a esto se puede ver el caos que va a generar en el derrame económico con respecto a la organización.

Como consecuencia a esto, se ven afectado los empleados, a menor venta, menores ingresos, es decir, menos rentabilidad; siempre que se le quita la posibilidad de invertir a alguien, se está quitando trabajo a futuro y movimiento económico, con el paso del tiempo van a dejar de generar ingresos los supermercados y va a ser muy poca la masa monetaria que van a mover, esto implica reducción de empleos, y hasta cierres de franquicias/sucursales. Es una locura el hecho de pensar frenar grandes empresas que generan todo ese derrame económico como lo hacen por ejemplo Carrefour o Walmart.

De esta manera concluyo con que este es un tipo de política que limita a las empresas que mayor movimiento generan, tanto en lo económico como en lo social con respecto a empleos. Y con respecto al consumidor al comienzo capaz lo beneficie pero es contraproducente, ya que se pone en práctica el sofisma que más atenta contra la economía, el cual es considerar más importante el impacto a corto plazo sobre cierto sector y no el cómo afecta al total de la comunidad.

Juan Martín Mendoza,
Estudiante de Licenciatura en Administración – UCP