¡El Bitcoin no nació regulado!

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El presente artículo fue escrito por Nelson Cardozo, egresado de la carrera de Relaciones Internacionales por la Universidad Americana de Asunción, Paraguay.

Hace unos meses, encontré un artículo de Juan Llanos en el que razonaba que el Bitcoin había nacido regulado. Llanos sugiere que desde el año 2009, cuando surge la mencionada criptomoneda, ésta ya se encontraba sujeta a la reglamentación gubernamental sin que nadie se percatara de ello, y afirma que estas medidas se implementan y se respetan en los países de primer mundo. Pero, ¿es el Bitcoin regulable?

Lo anterior no puede estar más lejos de lo cierto. La regulación de la moneda por parte del Estado surgió durante el siglo pasado debido al mal uso que le daban las instituciones financieras para fines personales, provocando fuertes crisis económicas y caídas del valor de una moneda (o varias). Aunque existan leyes que se deben respetar alrededor de esta situación, no significa que no se deba cuestionar el fondo mismo de dichas leyes. En este caso, es la regulación del Bitcoin la que explicaré, porque no es justificable y porque Llanos se equivoca  al decir que nació regulado.

El Bitcoin está regulado por el Bitcoin

En el whitepaper del mismo se expresa claramente:

“Una versión puramente electrónica de efectivo permitiría que los pagos en línea fuesen enviados directamente de un ente a otro sin tener que pasar por medio de una institución financiera“.

El Bitcoin no se adapta al sistema tradicional en donde se opera con las instituciones financieras de manera directa; el Bitcoin destruye totalmente ese paradigma y se propone como un potencial contrincante de las mismas. Si bien es correcto que ante el sistema de legalidad de los Estados Unidos -país en el cual Llanos reside y conforma el contexto desde el que se expresa- el Bitcoin es una acción, las medidas impuestas en este país no alcanzan al resto del mundo. Suiza y España por ejemplo, son países que bajo sus regulaciones locales correspondientes no contemplan ningún tipo de impuestos al Bitcoin, mientras otros países ni siquiera llegaron a decidirse sobre qué es Bitcoin, a pesar de que se tipifica en el whitepaper que es una moneda.

La legalidad vs. la sociedad innovadora

Es correcto decir que en países “civilizados” la ley tiende a respetarse mucho más que en países en vías de desarrollo; Latinoamérica es un ejemplo muy bueno cuando hablamos de ello. Pero, ¿qué significa respetar la ley? Significa cumplir con las regulaciones impuestas por el Estado que permiten-o deberían de permitir- el mejor desenvolvimiento de la persona dentro de los límites de sí mismo. Si el Estado cree que regulando las monedas oficiales se previene la estafa o se promueve la libre competencia, entonces el ciudadano sabrá respetar esto, pues es una ley que no atenta contra la misma razón.

En este punto, la Banca Central es un ejemplo de ello y podemos tomar a la Reserva Federal, quien tiene el deber de custodiar la salud de la moneda norteamericana. Pero si miramos un poco más profundo, la Reserva Federal ha devaluado tanto la moneda desde la creación de esta institución, que Vera Smith, referente crítica de la banca centralizada, realizó un trabajo explicando las debacles producidas por ésta en lugar de ser algo útil – y lo hizo hace casi 80 años.

Uno de los principios de la técnica legislativa es que la ley debe ir adaptándose a la época y los momentos que la sociedad vive. ¿Se adoptan entonces las legislaciones tributarias vigentes al Bitcoin? Muchos argumentan que es el Bitcoin el que debe adaptarse a las leyes, pero olvidan que la innovación vino del campo tecnológico y cambió la manera de pensar que teníamos sobre la moneda. De la misma forma como los indígenas reclamaron la igualdad humana en tiempos de la colonia y no se atuvieron a lo que la ley de la corona mandaba, como los revolucionarios franceses desafiaron a los regímenes impuestos por “mandato divino” o como las personas de color se negaron a seguir soportando las leyes del apartheid, es como las leyes deben adaptarse al momento que vivimos, y no al revés, como muchos reguladores proponen.

¿Lavado de dinero y financiación del terrorismo con Bitcoin?

Aunque la preocupación es legítima, para el terrorismo la transparencia que ofrece el Bitcoin es contraproducente, el terrorismo necesita anonimato. El instrumento utilizado para financiar el terrorismo es el dinero en efectivo. El efectivo no está registrado permanentemente en una cadena de bloques (blockchain), ni tiene una llave pública. Además, hagamos memoria que han sido instituciones financieras, apoyadas en el sistema tradicional, las que en los últimos años se les ha impuesto multas millonarias por temas relacionados al blanqueo de capitales.

Cada país está en su derecho de aplicar la regulación que crea necesaria, pero esto no significa que el resto no podamos cuestionar tales acciones, especialmente cuando se trata de una moneda sobre la cual ningún país, autoridad, persona, organización, o sistema tiene la más mínima autoridad. El Bitcoin sí está regulado, pero por su propio código.

Fuente: Estudiantes por la Libertad

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