El ocaso de la servidumbre

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Por: Ramos Samuel
Resumen del artículo: Todas las naciones han de vivir su gran momento. El ocaso de la servidumbre de la Joven Argentina dentro de poco llegará y con ello algo grande sobrevendrá.

Artículo:

Todas las naciones, todas las épocas, tienen sus momentos estelares, véase como Roma lo tuvo con Augusto, la Francia con Napoleón, ¿cuál será entonces el momento estelar que le depara a nuestra joven Nación? ¿A nuestra época? El ocaso de la servidumbre.

El crepúsculo de la barbarie, el fin de la decadencia, el ocaso de la servidumbre a la que nuestra patria se halla sometida desde hace bastante tiempo, todos los acontecimientos se han alineado en este punto, todo el polvorín se ha acumulado y tan solo basta un estímulo para que la masa explote en una magnífica y bella explosión, es así como la fortuna, maestra de la mitad de nuestras acciones, dibuja su arte, hace sus mandatos pero sobre todo da comienzo a las grandes épocas, a los momentos estelares ¿Y que no ha de faltar a toda gran época? El gran hombre que al igual que un cometa estará destinado a iluminar las tinieblas de su época.

Porque es cuando las aguas parecen están calmadas, que las grandes tormentas se avecinan, de la misma forma la fortuna, nos ha estado dando augurios que presagian el comienzo de la próxima gran, de la nueva sinfonía y, como reza un viejo proverbio chino ‘’espero que vivas tiempos interesantes’’, es en nuestro país que nos ha tocado vivir quizá el tiempo más interesante y quizá el más grande de la historia.

Ha habido naciones que en sus mejores épocas fueron grandes cosas, algunas fueron faro de civilizaciones, otras fueron prósperas y cómo no, ha habido también aquellas que fueron libres, estas naciones también cuando lo peor sobrevino las invadieron la barbarie, la decadencia y lo que no ha de faltar, la servidumbre ¿A cuál categoría entonces pertenecerá la joven Argentina? Lo cierto es que nunca antes en la historia hubo un ejemplo como el de nuestra patria que, en su mejor época, fue sinónimo de civilización, de prosperidad, pero sobre todo de libertad.

Y aun así, toda gran época representa un final; La época dorada de Argentina de Alberdi fue eso la culminación de años y años de luchas intestinas entre nosotros, la época dorada de Argentina fue el fin de la barbarie, de la decadencia y la servidumbre para dar comienzo a la civilización, a la prosperidad ¡pero sobre todo a la Libertad!

El eterno retorno, barbarie y civilización, prosperidad y decadencia, libertad y servidumbre, estas son las épocas de todas las naciones, de la humanidad misma, sin embargo, por todo la anterior descrito ¿Cuál es la época en la que nos ha tocado vivir? ¿Cuál será la época en la que nos hallaremos?

Nuestra joven patria, la hija de Italia hace tiempo le fue arrebatada su época dorada, hace tiempo dejó de ser faro de civilización, su prosperidad se marchitó en decadencia y su libertad poco a poco fue reemplazada por servidumbre. Los malvados, poco a poco, fueron sometiendo a la Argentina a su estado actual y estos malhechores tuvieron por cómplices a aquellos que silenciaron sus voces a cambio de pan y circo, cómplices que cuando se dieron cuenta de lo que pasaba ya era tarde, porque los malvados ya habían ido también a por ellos.

Nunca antes en la historia nuestra nación se halló tan saqueada, tan despojada, tan insultada, pero sobre todo tan esclavizada como lo está ahora, y en estos precisos momentos que los gritos de la pobre hija de Italia piden que alguien la salve de sus malhechores, que castigue a sus cómplices, que la cure de sus heridas, pero además le devuelva la libertad, la gloria y la grandeza que le corresponde por derecho.

Y aunque ha habido y hay hombres que se atribuyen el nombre de salvadores, ninguno de ellos aún han sabido imponerse sobre sus semejantes, para así libertar a la patria y castigar a los responsables de su sufrimiento.

Pero la fortuna y la virtud, se han apiadado de los gritos de la joven Argentina, han reunido el polvorín, toda la masa ha alcanzado su punto máximo, por cual es tan solo cuestión de tiempo para que la masa estalle en una magnífica y hermosa explosión, una destrucción que dará comienzo a la próxima gran era, a la época de la Argentina gloriosa, para que al fin la república de Alberdi ya no solo sea posible sino también sea una realidad.

El crepúsculo de la barbarie, el fin de la decadencia, el ocaso de la servidumbre al fin se aproximan a su final y con ello el amanecer de una gran era, del próximo momento estelar, todo ello será el nacimiento de algo grande, el comienzo del genio, del gran hombre, de aquel individuo que con su virtud y fortuna sabrá imponerse sobre sus semejantes, de superar las dificultades que corresponden a toda gran empresa, de liberar a Argentina de sus cadenas, de castigar con el sable de San Martín a sus captores y luego de allí al igual que las grandes eminencias del pasado que libertaron a sus patrias, colmarla de honor y gloria, para luego así fundar una nueva Argentina poderosa, próspera pero sobre todo libre.

Todos los eventos, todos acontecimientos que vive nuestra patria anuncian ahora la llegada de la próxima era, del próximo gran hombre, del minuto universal que le corresponde a toda Nación en sus momentos finales.

El cielo se abrió, se oyen voces del destino, son la fortuna y la virtud que se han unido para proclamar al unísono:

¡Regocíjate Argentina que tu salvador ha despertado!

Y con el sable de San Martín a tus captores viene a castigar;

Sus legiones ya vienen;

De tus cadenas te liberarán;

Todos ellos aclaman en tu nombre las siguientes palabras;

¡Libertad, Libertad, Libertad!

Por: Ramos Samuel
Estudiante secundario – Colaborador del Club de la Libertad

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