El país cíclico

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Por: Tabatha Barrera Carlini (*)

 

 

 

 

 

 

 

 

Elecciones 2021 en la Argentina, nos encontramos en el siglo XXI y con un panorama político muy complejo. En primera instancia, no podemos dejar de reconocer que nos hallamos ante una situación excepcional, una pandemia, la cual complejizó todos los panoramas, y las vidas de los individuos del mundo. Pero, ¿cómo afectó esto a la política?

Podemos reconocer que esta situación puso en eje a los presidentes del mundo, haciendo que cada decisión fuera, literalmente, de vida o muerte. Un error y miles de personas perdían la vida, ni nos imaginemos si tenían mucho más que un error. Inclusive acertando en las decisiones, y haciendo las cosas, relativamente, bien, la gente igual iba a juzgarlos. Mirando el panorama internacional, podemos ver que la pandemia, causó que muchos presidentes sean castigados en las urnas.

Pero, ¿qué significa castigar a alguien con las urnas? El voto castigo, el voto enojo, el castigo en las urnas, son expresiones interesantes y complejas si nos lo ponemos a pensar. En la Argentina estas son frases muy comunes. Tan comunes, que el taxista, el quiosquero, la vecina chusma, y el pintor de tu casa, te van a decir que votó a Macri o a Fernández para castigar al otro candidato. En la Argentina, ya nos olvidamos lo que es votar por convicción, por esperanza, por creer en que alguien puede solucionar las cosas. Votamos, porque el otro es peor, “voto al mal menor” decimos. Pero al mismo tiempo, cada vez que votamos, creemos que el político viene a solucionar un poco las cosas, entonces, si bien no votamos por convicción, si esperamos mucho de ellos. Por eso, después, nos escuchan rezongando, protestando y muchas cosas más cuando los políticos hacen desastres. Pero volviendo al voto castigo, ¿qué consecuencias tiene este voto?

Históricamente, la Argentina se caracterizó por ser muy radical, y no hablo del partido, sino de la característica humana. A lo largo de la historia, hemos visto como pasamos de un partido a otro, y volvemos al anterior. Como pasamos de democracia a dictadura y así sucesivamente. El día de hoy, nos encontramos con un escenario similar. En el 2015, la Argentina paso del kirchnerismo al macrismo. Para, cuatro años más tarde, votar nuevamente al kirchnerismo. Hoy, simplemente dos años más tarde, nos encontramos con que la gente vuelve a elegir al macrismo. Corrigiéndome, castiga al kirchnerismo, porque, como dije antes, nosotros votamos así, enojados con nuestros gobernantes.

Elegimos a uno, para sacar al otro, y después elegimos al primero en cuestión para sacar al segundo, y así sucesivamente a lo largo de la historia, votábamos a los radicales, porque no nos gustaban los peronistas, votábamos a los peronistas porque no nos gustaban más los radicales, y cuando nos cansábamos de los dos, o, mejor dicho, cuando la oposición se cansaba de que el partido oficialista fuera oficialista, recurríamos a la dictadura. Y así, transformándolo en un círculo vicioso. No podemos negar que somos un país cíclico.

Hoy, cuando miramos el mapa, comparando las elecciones de 2019, tan solo dos años atrás, y las de ahora, 2021, podemos ver cómo cambió radicalmente el color del país. Cuando antes solo 5 provincias, más CABA, estaban amarillas, es decir con mayoría macrista, hoy son 17. Es un cambio muy brusco, ¿no les parece?

Otro aspecto importante en cuanto a estas elecciones fue la baja cantidad de votantes, en el 2019, el 76% del padrón fue a las urnas en las PASO y dejó claro qué estaba eligiendo, pero hoy, nos encontramos con un escenario muy distinto, donde se registró la más baja participación ciudadana en las urnas, con un 66%. Es decir, un 10% menos que las PASO anteriores. Es importante, a su vez, recalcar que en las PASO 2015, el 74,9% del padrón fue a las urnas, y en las PASO 2011 el 78,7% fue el porcentaje que acudió a votar.

¿Por qué es esto interesante? Esto resulta interesante debido a que también es una forma de demostrar el descontento con los políticos, de parte de la sociedad, como lo es, a su vez, el voto nulo o en blanco. En estas elecciones, un gran porcentaje de la población eligió castigar a todos los políticos, no solo al oficialismo, y eligieron no ir a votar para hacerlo.

Por otro lado, podemos ver ese cansancio de la gente en otra cuestión, en el 13,6% de Javier Milei en la Capital Federal. ¿Por qué digo esto? Porque Javier Milei representa a un Outsider de la política, “el antisistema”, el que viene a combatir por dentro. Que la gente lo elija, no es más que un síntoma de la enfermedad que es la política argentina. Si bien Javier, a diferencia de otros candidatos, si da esperanza, da esperanza por el cambio, porque se lo ve diferente, a fin de cuentas, porque no es más de lo mismo, y ya vimos que lo mismo no sirve, no podemos negar que él solo, no puede cambiar al país.

Y nos encontramos con el último planteo, la característica argentina del ciudadano vago. Nos quejamos de los políticos, del sistema, de la burocracia, de las elecciones, del voto castigo, pero, ¿hacemos algo para cambiar las cosas? o ¿simplemente nos quejamos? Es muy fácil ser el taxista que protesta de los políticos, es muy fácil ser el anónimo de twitter que plantea el fin del kirchnerismo, y es muy fácil estar en la cena familiar y protestar de los impuestos. Pero, ¿alguno de todos ellos hace algo? Y no podemos negar que conocemos a más de uno así, me atrevo a decir, a más de veinte, a veces hasta incluso somos uno. Y ¿qué pasa cada vez que planteamos el hacer algo? Muchos hemos escuchado las frases “yo en estas elecciones no voto”, “¿fiscalizar? vos estás loco, mirá si voy a perder el tiempo así”, “¿qué me meta en política decís? ¿para qué? si no puedo hacer nada” y así sumamos y sumamos los comentarios justificando, que, a fin de cuentas, solo queremos quejarnos, y no vamos a cambiar nunca nada. Pero, ¿y si hacemos algo? Quizás dejemos de estar tan cansados y protestones, y miremos a la Argentina con un futuro mejor.

(*) Tabatha Barrera Carlini

Estudiante de tercer año de relaciones internacionales en la Universidad Abierta Interamericana. Instagram: @tabi_7481

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