EVERGRANDE, “Un coloso con pies de barro”. Parte 2

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Por: Aleix Amorós (*)

 

 

 

 

 

 

 

En cuestión de horas, Evergrande ha pasado de ser una completa desconocida a copar titulares en medio mundo.

En esta segunda parte del hilo desmenuzaremos el impacto en clave presente y futuro que puede tener la crisis.La cotización de la compañía sigue en caída libre y hoy ha marcado un nuevo mínimo histórico a cierre de sesión.

China venía de un parón de 3 días por la celebración del Festival del Medio Otoño y había gran expectación por ver qué sucedería tras la vuelta a la actividad.

Hablamos de un inmenso coloso con pies de barro, la viva imagen de la megalomanía China en los últimos años, sustentada a base de deuda y crédito masivo.

Evergrande abarca multitud de segmentos y sectores de lo más diversos, que por momentos eclipsan a su «core business», la promoción inmobiliaria. Tiene intereses en la salud, la gestión del agua, los vehículos eléctricos, la banca y hasta el fútbol.

Y ya sabéis cómo reza el dicho: «quien mucho abarca, poco aprieta». Recapitulemos…

Por lo pronto, si bien ha habido sangre, ha sido mucha menos de la esperada, principalmente por dos razones:

El Banco Popular de China ha vuelto a inyectar capital en su sistema financiero: +$18.500 millones, que se suman a los +$14.000 millones del pasado viernes.

Estas generosas aportaciones persiguen como fin último evitar que se drene el sistema financiero y se produzca una crisis de liquidez.

A su vez, pero, evidencian la magnitud del problema de fondo.

Evergrande, en un movimiento inesperado, ha anunciado que pagará este jueves los $35.8 millones en intereses devengados de un bono Onshore emitido en Yuanes y con vencimiento en 2025.

Digo inesperado, porque hace justo una semana el gobierno Bandera de China apuntaba hacia otra dirección.

En cualquier caso, no ha hecho mención alguna sobre el pago de los $83.5 millones en intereses de otro bono, esta vez Offshore, emitido en $ y con vencimiento en 2022, que también debe abonar este jueves.

Y frente al silencio, el temor.

Si no paga, entrará en «default».

Si bien la noticia de hoy ha sido recibida como un bálsamo, no deja de ser un pequeño parche temporal que no resuelve ni por asomo el problema de fondo.

Solo en lo que queda de año debe todavía +$600 millones en intereses.

Está asfixiada por las deudas.

Mientras los ojos de medio mundo están puestos en Xi Jinping y la postura que tome finalmente el PCC en la crisis de Evergrande, el mundo especula sobre si esta crisis no derivará en un «Lehman Brothers 2.0».

Prueba de ello, esta imagen: las búsquedas de «Lehman», al rojo vivo

¿Es extrapolable la radiografía de la crisis de Evergrande con la de Lehman Brothers hace ahora 13 años?

La respuesta corta es NO. Y por varios motivos, además.

El volumen de los Pasivos (deudas) de Evergrande es sustancialmente inferior (±50%), y lo que es más importante, el apalancamiento (Ver en ALT), si bien muy elevado, está a años luz del despropósito de 2008.

¿Debemos esperar un contagio al sistema financiero global, como ocurriera en 2008?

A priori, NO.

O como mínimo, no de la escala y magnitud de antaño.

Lehman Brothers tuvo una afectación global porque una parte muy sustancial de sus pasivos estaban en manos internacionales, y el «Efecto Dominó» fue instantáneo.

Aquí la situación es muy diferente.

Con datos (expresados en miles de millones de Yuanes) del banco suizo UBS, a 30 de Junio de 2020 los principales prestamistas de Evergrande eran bancos y aseguradoras de China.

Ahora bien, no confundamos una exposición menor a una exposición nula.

Grandes jugadores de peso en la escena internacional apostaron en los meses previos por los bonos de Evergrande, y evidentemente tendrá afectaciones.

Según los datos de @MorningstarES, BlackRock (Estados Unidos), UBS (Suiza) y HSBC (Suiza) incrementaron su exposición en los últimos meses:

– BlackRock, +31.3 millones de acciones en emisiones entre Enero-Agosto de 2021

– UBS, +25% YoY a Mayo de 2021

– HSBC, +40% entre Enero-Julio de 2021

Los listos de la clase fueron Fidelity (Estados Unidos), PIMCO (Estados Unidos) y Allianz (Alemania), con desinversiones entre Enero y Julio de 2021 de entre un 3 y un 47% de sus bonos.

¿Está teniendo ya afectaciones reales la crisis de Evergrande dentro de China? ¿Y fuera?

Sin lugar a duda, SÍ. Y no es un tema menor.

Por ejemplo, la promotora inmobiliaria China Sinic Holdings vio como el lunes, de golpe y porrazo y en cuestión de 2 horas, se esfumaba el 87% de su valor.

+$1.500 millones evaporados.

No ha vuelto a cotizar.

Afloraron informaciones acerca de las dificultades que tendría la compañía a la hora de afrontar sus compromisos de deuda en un vencimiento de bonos de $246 millones el próximo 18 de Octubre.

Y el mercado, primero dispara y luego pregunta.

El bono en cuestión se hundió +70%

El caso de Sinic no es exclusivo.

Muchas otras inmobiliarias llevan meses desangrándose, y así lo acredita el sectorial de Real Estate del Índice Hang Seng, en Hong Kong.

Cotiza a su nivel más bajo desde 2016, y va en caída libre.

Por lo tanto, podemos hablar ya abiertamente de un contagio a todo el sector inmobiliario Chino.

El riesgo está en si las ramificaciones van a ir a más y si este contagio se tornará inter-sectorial. Bancos y aseguradoras son las más expuestas, pero no las únicas.

Ante una crisis inmobiliaria, lo primero que se resiente es la confianza del consumidor.

Lo que, de facto, significa que la demanda de vivienda cae y por tanto también el ritmo de construcción.

Ergo, las materias primas asociadas al ladrillo, pierden fuelle.

¿Veis a dónde quiero llegar?

Con una economía tan interconectada, el impacto es inmediato.

El mineral de hierro, el recurso más usado en la construcción a escala global, está viviendo en 2021 su particular «Annus Horribilis».

Evergrande ha sido el colofón.

Y si cae el mineral de hierro, caerán detrás las mineras que lo extraen, ¿no?

Pues efectivamente.

Desde Agosto, en a penas dos meses, las 4 principales mineras expuestas al mineral de hierro han perdido entre un 30 y un 50% de su valor

El «Riesgo Evergrande», en síntesis, no es tanto una crisis financiera como la de Lehman Brothers hace 13 años, sino un freno en seco sobre la economía mundial por su afectación transversal a múltiples sectores.

En Pekín son conscientes de este problema, y son los primeros interesados en reducir el peso relativo que tiene el Real Estate en la economía doméstica intentando pinchar su propia burbuja, tal y como apunta @juanrallo en su último vídeo:
https://t.co/sWB8ek8qF4?amp=1

Ahora bien, ¿cómo hacer caer un castillo de naipes sin que se convierta en una demolición descontrolada?

No es tan fácil, más cuando dicho castillo era responsable, directa o indirectamente, de casi el 30% del PIB Chino en 2017 (estudio de Kenneth Rogoff).

Por lo tanto, nos enfrentamos a un necesario re-ajuste del mayor mercado inmobiliario del mundo, pero no sabemos muy bien cómo abordarlo.

Sí que sabemos, o deducimos, que eso pasará necesariamente por un enfriamiento del mercado, y por tanto por una caída de los precios.

Si China quiere ser una super potencia en la economía moderna, no puede permitirse el lujo de depender de un sector tan arcaico y tradicionalista como la construcción.

Lo cual nos lleva a la pregunta final, que también planteé en el artículo anterior:

¿Rescatará Pekín a Evergrande?

En estos momentos, el escenario más plausible es el de la intervención indirecta, esto es, supervisar de cerca el necesario proceso de reestructuración que necesita Evergrande.

¿Qué opinan las grandes instituciones y personalidades financieras del mundo?

– Citigroup, Barclays, UBS o Jefferies exponen que la crisis de Evergrande difícilmente se convertirá en un «Lehman Brothers 2.0»

-Oxford Economics apunta a que, contrariamente a su voluntad, tarde o temprano Pekín tendrá que dar un paso al frente e intervenir para evitar un riesgo sistémico.

– La agencia de calificación Standard&Poor’s dice que la compañía está al borde de la quiebra.

– El banquero más rico del mundo, Uday Kotak, expone que la crisis de Evergrande se parece mucho al «Momento Lehman» de 2008.

Nota final del autor:

Las economías del mundo, tanto las avanzadas como especialmente las emergentes, deberían de darse cuenta que no pueden estar eternamente supeditadas al sesgo de China.

Cuando vienen bien dadas, todo es de color de rosa, pues hoy por hoy, China es el principal socio comercial de +2/3 de los países del mundo.

El problema es que esa es un arma de doble filo, y genera por extensión una dependencia asociada.

(*) Aleix Amorós

Analista | Geopolítica y Macroeconomía

twitter.com/aleix_amoros

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