La valentía de ser libertario

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El presente artículo fue escrito por Leonard Quinde, miembro de Estudiantes por la Libertad Ecuador

Hace poco un compañero y amigo de Estudiantes por la Libertad escribió en este blog un artículo que tituló: “La promesa de un joven libertario”. Muchos libertarios nos identificamos con aquel compromiso: “prometí que estaba dispuesto a luchar por los principios de libertad toda mi vida”.

Y aquí quiero exaltar esa promesa, porque defender la libertad no es cosa fácil, y nunca lo ha sido. Muchos lucharon por lograr pequeñas o grandes victorias en favor de un mundo más libre. Muchos buscaron alcanzar mayores libertades para sí mismos y los suyos, y murieron sin ver el fruto de su trabajo. Y como si no fuera suficiente con la dificultad de conseguir algo de libertad, ésta es tan frágil que se gana milímetro a milímetro, pero en un solo instante, a la velocidad de hacer una firma, alguien más sin previo aviso puede quitárnosla.

Esta historia ocurre así en casi todas partes del mundo, y es mucho más grave en Latinoamérica. Aquí los libertarios, las personas que tenemos una mayor noción de lo maravillosa que es la libertad, aún somos relativamente pocos. Muchas veces nos toca debatir y hacer ver a nuestros padres, amigos, familia, pareja, conocidos y desconocidos, que esa molestia que a veces sienten es la libertad gritando desde sus adentros al ser atacada. A menudo, parecería que no se dan cuenta, y es por ello que ser libertario es de valientes. Porque aunque puedas llegar a conocer a personas que comparten tu visión, en tu diario vivir muchas veces parece que eres el único que escucha a la libertad rasgarse las vestiduras con cada mandato de un gobierno que la deja cada vez más acorralada.

Ser libertario es de valientes porque frecuentemente tu voz es la única que se levanta en medio de un aula de clases, en medio de una conferencia o en medio de una reunión, para defender la libertad. Algunos ríen, y muchos otros callan y escuchan. Terminas de hablar y sientes que quizás has hecho poco, que tal vez no estás en un lugar en el que puedas influir lo suficiente.

Ser libertario es de valientes porque, en especial en nuestra América Latina, la lucha es aún muy larga. Porque la defensa de la libertad no solo se ejerce cuando algo nos molesta, sino que se trata de un trabajo diario. Algunos han pasado luchando varias décadas para recién hace pocos años ver crecer la lucha por la libertad a niveles más significativos.

Ser libertario es de valientes porque muchas veces con poco tienes que hacer milagros para que el mensaje de la libertad llegue más lejos. Porque no hay mejor esfuerzo que hacer que la mayor cantidad de personas se den cuenta de lo que es la libertad y cuantos beneficios ésta les trae a sí mismos y a la sociedad.

Ser libertario es de valientes porque solo los valientes son capaces de tomar el control de sus vidas y no depender de nada más que de sus propias fuerzas para levantarse cuando han caído. Porque es de valientes ayudar a quienes se quiera ayudar y no esperar a que alguien más lo haga. Porque es de valientes solucionar tus propios problemas y no aguardar a que alguien más pueda solucionarlos por ti.

Ser libertario es de valientes, y a los que han tomado este camino y ya se han hecho la promesa, los insto a que no desfallezcan, que recuerden que en realidad no están solos, que somos cada vez más los que luchamos día a día por defender la libertad, y que juntos construiremos peldaño a peldaño las escaleras que permitirán a muchos avanzar hacia sociedades más prósperas, más solidarias, más pacíficas y por supuesto, más libres.

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