Por: Agustín García De Abreau (*)
En el presente artículo, buscaré algunas posibles respuestas a la derrota electoral del ex presidente Mauricio Macri luego de 4 años de mandato ante el candidato opositor Alberto Fernández y su compañera de fórmula, Cristina Fernández de Kirchner. Mi idea personal no es realizar una crítica al ex presidente, sino entender en qué cuestiones la coalición Cambiemos no cumplió las expectativas que había inspirado en la campaña. Ahora bien, ¿Qué electorado viró hacia otras posibilidades? ¿Qué sucedió en el juego electoral
El presidente Macri durante su mandato presidencial.
1. Unidad total de frentes
Para comenzar con una primera posible respuesta, podemos considerar la variable de la unión total del kirchnerismo en el espacio llamado Frente de Todos. En el año 2015, fuimos espectadores de una reñida elección que se decidió por poca diferencia. En las elecciones P.A.S.O, el Frente para la Victoria, con Daniel Scioli de cabeza de fórmula, se llevó las elecciones por una diferencia no tan amplia, que no dejaba a la fórmula muy conforme para la segunda vuelta, obteniendo un 36,69%. La fórmula Cambiemos, encabezada por Mauricio Macri, obtendría el 28,57% de los votos, y completaría el podio el frente Una Nueva Alternativa, que obtendría el 19,52%, con la cara visible del ex aliado de Néstor Kirchner y ex Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, Sergio Massa. Lo último mencionado sería el dolor de cabeza más fuerte para la formula kirchnerista. Massa decidió no formar parte de la unidad, a pesar de haber ocupado un lugar en el gabinete de Cristina Kirchner durante su primer mandato. Esto representaba una amenaza para la fórmula que había ganado las P.A.S.O, ya que era casi un 20% (5.386.977 votos) que se estaba virando hacia una opción peronista más “moderada” que no estaba de acuerdo con la postura corrida hacia la centroizquierda de la presidente CFK y consideraba a Sergio Massa un candidato con una estructura más allegada al “conservadurismo popular”. Finalmente, las elecciones llegarían hacia el ballotage, que era lo que esperaba Macri y su equipo con la participación de Massa en un frente alternativo, abriendo el electorado peronista en dos, dividiendo la unidad ganaría las elecciones con el 51,3% de los votos. Ahora bien, ¿Qué sucedió en el año 2019?
El presidente Macri llegaba a las elecciones del 2019 con la gran mayoría de encuestas de opinión y sondeos muy negativos. Una posibilidad clave que tenía el partido Propuesta Republicana era dividir, nuevamente, al peronismo. Cristina Kirchner que demostró en más de una ocasión conocer el juego político, decidió no encabezar la fórmula presidencial. Según la encuestadora Management & Fit la imagen negativa de CFK era del 55,6%, mientras que solo el 30% de los encuestados tenía una opinión positiva. La ex presidenta, teniendo en cuenta que no llegaba con los votos, consideró colocar a una opción con poco revuelo mediático y que represente los valores del peronismo, el ex Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, Alberto Fernández, se mostraba como una buena máscara para obtener votos del electorado peronista tradicional, que no se veía representado por Mauricio Macri ni estaba de acuerdo con los escándalos mediáticos de Cristina Kirchner. Aquí es donde la estrategia Kirchnerista muestra todo su potencial. Por motivos desconocidos, Sergio Massa decide formar parte del Frente de Todos como Presidente de la Cámara de Diputados, a pesar de abrirse en la elección pasada y de ser un férreo opositor del gobierno de Cristina. Con Cristina, Massa y Alberto Fernández unidos, es complicado revertir la tendencia, casi todo el electorado se sentía representado por la fórmula. Mauricio Macri, en un intento de repetir los resultados del año 2015, atrae a una de las personalidades más importantes del peronismo, el ex senador Miguel Ángel Pichetto, quien lo acompañaría en su fórmula en un intento de atraer el voto peronista que se le escapara al kirchnerismo. Su intento fue en vano y perdió en primera vuelta.
2. Inflación
Una de las variables más cuestionadas de la gestión de Cambiemos es el índice de inflación. En una definición muy breve podemos decir que inflación significa aumento general y continuo del nivel de precios. La gestión del ex presidente Macri recibió un país con balances muy comprometidos, según encuestadoras, la inflación anual del año 2014 fue de 38,5%, una deuda externa de 240 millones de dólares, cuestiones de corrupción que, hasta el día de hoy, continúan sin ser respondidas y un índice de 30.1% de pobreza. Sin embargo, la inflación fue un fenómeno que Cambiemos no pudo solucionar debido a una emisión monetaria descontrolada para financiar déficit fiscal, sobre todo en la etapa posterior al 2017, donde el peso argentino se desplomó en los mercados, devaluándose a tasas importantes y reaccionando a situaciones nacionales como el crédito al FMI. Finalmente, el presidente Macri abandonó la Casa Rosada con un 53% de inflación. Para muchos especialistas, esta es la causa más importante en la derrota macrista, ya que el groso de la población suele votar “con el bolsillo” y la inflación es un fenómeno que afecta gravemente la calidad de vida de los ciudadanos y su acceso a productos de primera necesidad.
3. Devaluación del peso y complicaciones en el mercado de cambio:
Durante los dos primeros años de gestión, la reacción de los mercados ante el ascenso de la nueva investidura presidencial fue muy positiva, el cambio de régimen político atrajo la denominada “lluvia de inversiones”. Según los informes del BCRA la liberación del mercado de cambios y el hecho de eliminar el cepo de compra máxima de dólares, atrajo un flujo de inversiones llamado IED (Inversión Extranjera Directa). En el año 2017, para los índices CEPAL, Argentina había triplicado la entrada de capitales productivos, alcanzando la cifra de US$ 11.517 millones, lo que posibilitaba sostener el tipo de cambio estable sin necesidad de restringir la compra de dólares y abastecer la demanda. Todo comenzó a desmoronarse cuando los principales inversores comenzaron a evaluar situaciones que generaban desconfianza. Finalmente, las inversiones cesaron y dieron lugar a la “fuga de capitales” la cual en el año 2018 llegó a un record de US$ 27.230 millones que eran extraídos del sistema productivo en búsqueda de mejores opciones de inversión. A todo esto, se le sumó la sequía del sector agropecuario, que evitó el ingreso de dólares del sector agroexportador. Con el aumento del dólar, la inflación fue en subida, afectando el poder adquisitivo por la devaluación, los Índices de Precios al Consumidor cerraron el año con un aumento del 45% en los productos de consumo general. El presidente Macri, decidió acudir al Fondo Monetario Internacional para pedir un exorbitado préstamo de US$ 57.100 millones, que le dé posibilidades de cerrar un año muy complicado para su gestión y tapar los huecos de las inversiones extraídas. Para el año 2019, el tipo de cambio había alcanzo la cifra de 63 pesos por dólar.
4. Voto joven
Según el medio informativo France 24 un 22% de quienes votaron el 27 de octubre de 2019 habían nacido a mediados de la década de los 90. El Frente de Todos, sabiendo que desde los jóvenes de 16 años o más pueden acceder al sufragio libremente, incluyó tópicos fundamentales para incidir en el voto joven: derechos de la mujer y legalización del aborto. Este detalle no es para nada menor, según la consultora Ipsos los jóvenes representaban el 22% del padrón electoral. La agenda creada por la lista encabezada por Alberto Fernández resultaba muy atractiva para el groso de la juventud. Para la consultora Trespuntozero: “Siete de cada diez jóvenes están más cerca de Alberto Fernández que de cualquier otra fórmula».
La analista Shila Vilker especificó: «Hay una relación inversa entre edad y oficialismo». El frente Cambiemos debería haber incluido tópicos juveniles en su agenda.
5. Gabinete poco eficaz
Una cuestión que perjudicó ampliamente al presidente Macri fue el sostenimiento de Marcos Peña en su gabinete más confiable, a pesar de los cruces dentro de la interna con el resto de sus ministros. A lo largo del mandato macrista, Marcos Peña tuvo roces con Patricia Bullrich por disidencias en la forma de abordar el caso Maldonado, con Carolina Stanley (Desarrollo Social), Rogelio Frigerio (Interior), María Eugenia Vidal, (ex gobernadora de la Provincia de Buenos Aires) y el actual jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. La interna Cambiemos estaba en una situación muy tensa, tan así que, a tres días de las PASO, todo el gabinete se reunió en Quinta de Olivos. Vidal manifestó que debían realizar cambios radicales, esto fue apoyado por Larreta. La idea era solicitar la renuncia de Peña, que Rogelio Frigerio asuma como jefe de gabinete y colocar un radical en el ministerio del interior. Macri aceptó, Vidal y Larreta habían logrado el cometido de quitar un funcionario que había traído más problemas que soluciones. Horas después, Mauricio Macri llamó a la gobernadora para afirmarle: “Marcos se queda”. Dujovne fue removido del ministerio de hacienda, en su lugar asumiría Hernán Lacunza, Marcos Peña asistió a la presentación del nuevo ministro. Finalmente, el Frente de Todos le sacó un sorprendente 15% en las elecciones PASO y muchos afirman que uno de los principales culpables ante la humillante derrota fue Peña, a tal punto de catalogarlo como: “El mariscal de la derrota”.
6. Votos dispersos
A raíz de lo mencionado anteriormente, se acumularon tópicos específicos en los que el electorado consideraba que el presidente Macri había fallado, por lo que comenzó a analizar nuevos candidatos, los cuales intentaban desmarcarse del PRO y mostrarse como una cara nueva de un “verdadero cambio”. El economista José Luis Espert, con el Frente Despertar conformado por el partido Unite, UCEDE y el Partido Libertario, fue uno de los principales críticos de la política económica tomada por el gobierno, apelando al gasto público amplio, política monetaria poco eficaz, inflación en alza, etc. Tanto Espert como el candidato a vicepresidente, Luis Rosales, afirmaban que Juntos por el Cambio y el Frente de Todos eran lo mismo, afirmando que Mauricio Macri llegó prometiendo un país con inversiones, impuestos bajos y posibilidad de emprender, para finalmente emplear políticas similares al kirchnerismo. Por otro lado, otra cara visible de una opción distinta fue el candidato por el frente NOS. El ex vicepresidente del Banco Nación, Juan José Gómez Centurión, se abre del oficialismo del PRO y renuncia a sus puestos, alejándose de Mauricio Macri y formando su propio partido. El lugar donde el NOS se acomodó fue en aquel electorado disconforme con la política social del macrismo relacionada a la ideología de género, la ley del aborto y con el objetivo de la defensa de la familia tradicional. Finalmente, el candidato por el Frente Consenso Federal, Roberto Lavagna y su compañero, Juan Manuel Urtubey, fueron el tercer dolor de cabeza para el gobierno de turno. Según el consultor Hugo Haime: “Los sondeos también indican otro dato. La mayoría de los votantes de Lavagna son socioculturalmente más cercanos a Cambiemos que los de Massa. Los lavagnistas forman parte del universo de los arrepentidos de Macri, pero con rechazo al peronismo”. Estos candidatos, obtuvieron un 13% entre los 3 durante las elecciones PASO y un total de 10% durante las elecciones generales. Si se cumpliera a raja tabla (sabemos que este tipo de sondeos se debe agarrar con pinzas) y los tres candidatos se bajaban de las elecciones, Mauricio Macri hubiese tenido más chances de ganarlas.
Un gobierno que perdió elecciones debe hacer introspección y entender en dónde se ha equivocado para remediar esos votos que han perdido, será interesante ver cómo Juntos por el Cambio encara las elecciones generales que se avecinan.
(*) Agustín García De Abreau
Estudiante de Ciencias Políticas Universidad del CEMA