Por Rubén Kriskovich.
Al inicio de la pandemia escribí un artículo acerca de que había razones para ser optimistas, hoy, pasado el tiempo y viendo la actuación reciente del gobierno con la expropiación de la empresa Vicentín puedo decir que mi apreciación anterior era muy naif, quizás motivado por las circunstancias y la necesidad de aferrarme a algo. Por otro lado, no estaba tan errado pues suponía que la actuación del gobierno era clave si queríamos salir adelante. Los que somos padres asustamos a nuestros hijos con que el “hombre de la bolsa” si se porta mal vendrá por ellos, o el lobo de los cuentos o cualquier personaje que pueda infligir algo de miedo, pero sabemos que no va a sucederles nada. Cuando converso con clientes, amigos o cualquier persona que asegura que vamos a hacer Venezuela con este tipo de gobierno actual pienso en el lobo de los cuentos, algo que no va a pasar, que nos asusta pero que es imposible, pues bien, aún creo que el lobo no existe pero que, si existiera, ¡estamos yendo derecho a su casa!, de eso estoy seguro.
Dejando las metáforas, que además me asustan, pienso en la decisión del Gobierno acerca de Vicentín, es un error mayúsculo por donde se lo mire, el avasallamiento del sistema Republicano ya es de por sí algo malo y tampoco tiene sustento económico, veamos por qué.
A) Vicentín es una empresa privada con problemas económicos y financieros, en proceso de quiebra, hoy con más Pasivo que Activos, uno de los principales acreedores es el Gobierno Nacional, o por el Banco Nación o por la AFIP. El gobierno al expropiar crea confusión (una de las causas de extinción de las Obligaciones) entre deudor y acreedor, es decir, no se cobrará a si mismo, si el proceso legal siguiera su cauce normal el estado cobra algo, de esta manera no cobra. Con las finanzas públicas como están resignar una posibilidad de liquidez por la seguridad de no tenerlo es una mala decisión.
B) El Estado expropia, no cobra, pero además deberá emitir dinero o deuda para poder pagar a los otros acreedores, hago la salvedad de que no emita otro DNU que eliminé las acreencias entre privados (¿y si viene el lobo…?), otra mala decisión financiera, compramos (¡todos somos el Estado!) una empresa en problemas, sin dinero, nos debemos endeudar para pagar al resto y no hay certeza de que hagamos funcionar mejor la compañía, otra vez no hay sustento Económico – Financiero en esta decisión.
C) El Estado tiene la empresa, ¿cómo producirá? ¿Quién trabajará? ¿De donde saldrán los insumos para su producción?, soja en este caso. Los daños colaterales acerca de la cadena de abastecimiento de Vicentín son inconmensurables. Los productores que año a año arriesgan su capital para producir toman sus decisiones basadas en precios internacionales, pero si el gobierno tiene a Vicentín, a través de la expropiación, quien asegura que no vendrán precios máximos y pesificación de estos (¿y si viene el lobo…?) Créditos agropecuarios para siembra quien tomará, y menos del BNA, miren a Vicentín dirán los productores, posiblemente. Lo cierto es que a la incertidumbre anual de la decisión de sembrar hay que sumar la intervención estatal. No olvidarse que la idea de la Junta Nacional de Granos ya fue puesta sobre la mesa, la expropiación es un paso en esa dirección. La posibilidad de un lockout similar a lo que ocurrió con la 125 es ahora más probable. Subestimar la cadena de producción o suponerla como una constante que se cumple es un error grave del Estado, otra vez, no hay fundamento desde el punto de vista de la producción para tomar la decisión que se tomó.
D) Salvar puestos de trabajos, esa es la explicación. ¿Será? Si Vicentín como empresa privada era desmembrada y finalmente desaparecía en el proceso de quiebra, otras empresas ocuparán su lugar de eso no hay dudas, ocurrió siempre, además, Vicentín se mueve en un mercado Oligopólico, su lugar será casi instantáneamente cubierto por sus competidores o por nuevos que surjan, obviamente que habrá un desempleo de tipo friccional, pero aquí si el Estado podría además de hacer valer el Fondo Nacional de Empleo, ayudar si quisiera a los trabajadores entre tanto aparezcan los nuevos empleadores, incluso a un costo más bajo que en el punto a).
E) Socialmente el rechazo que producen estas decisiones son contrarias al gobierno, me considero un moderado pero estas decisiones seguro que agrandan la grieta y además estratégicamente une a la oposición, otra vez carece de sustento social y político.
En definitiva, el error cometido en realidad es incomprensible pues no solo es de consecuencia inmediata al frenar cualquier atisbo o intento de inversión, sino que también abre la puerta para situaciones grises, ¿habrá más empresas como Vicentín? Pequeñas y Medianas Empresas y también grandes están o estarán en problemas económicos por esta pandemia, ¿se expropiarán todas? La AFIP es uno de los principales acreedores de gran parte de las empresas argentinas debido al alto grado de presión tributaria, ¿podrá el Estado manejar todas ellas? Ya tuvimos esta experiencia con empresas estatales, las privatizamos después y las volvimos a estatizar y los problemas continúan. La clase gobernante actual se olvida que ellos NO SABEN producir y cuando dicen que entienden, bueno, ahí si miro por si viene el lobo.
Rubén Kriskovich
Licenciado en Economía. Docente universitario.