Juan Manuel Morales
Licenciado en Administración de Empresas.
Miembro de JAL Jóvenes Liberales Argentinos. Becario de Progreso y Libertad. Neuquén-.
Según el comunismo, la culpa de la pobreza es del capital y de sus dueños, estos son siempre mas ricos a costa de la explotación de sus obreros casi esclavos, quienes a su vez son cada vez mas sumergidos en la mas profunda de las miserias. Por eso, según Marx la solución es abolir la propiedad privada, abolir el capital, y que este pase a manos del Estado, así desaparecerían las clases sociales. El capitalismo y el libre comercio como generador de pobreza debían ser reemplazados por un Estado que administre y planifique la economía de un país. Realmente no se puede negar que Marx algo de razón tenía, las clases sociales bajo este tipo de política desaparecen: sólo quedan pobres.
Tan equivocado estaba Marx que es curioso que esta ideología hay tenido tanto éxito en el mundo, y que los latinoamericanos, acostumbrados a vivir en la pobreza y subdesarrollo, no hayamos aprendido nada, y no sólo volvamos a repetir las mismas fórmulas que nos han llevado una y otra vez al fracaso sino que las profundizamos.
¿Qué le falta a Haití o a Madagascar que tiene Suiza o Australia? La respuesta es justamente lo contrario a lo que pensaba Marx, a estos países les falta capital, les falta empresarios, les falta inversión.
Para que nos pongamos en contexto, según el Banco Mundial en el año 2013 en Haití y en Madagascar se crearon 383 y 630 nuevas empresas registradas (corporaciones de responsabilidad limitada) respectivamente, con poblaciones similares en Suiza (símil Haití) y en Australia (símil Madagascar) se crearon en el mismo año 13.000 y 185.000 nuevas empresas respectivamente.
El capital es el único generador de riqueza y de bienestar. Es en este punto donde podemos hablar de tasa de capitalización, este concepto se refiere a la cantidad de inversión en bienes de capital que hay en un país. Mientras mayor sea la tasa de capitalización con la que cuente un país, mejores serán los salarios, porque la productividad marginal aumentará. Para dar un ejemplo, ¿porque un campesino en Canadá gana mas de diez veces lo que gana un campesino en África? Porque en Canadá hay mas inversión, los abonos son mejores, la maquinaria es más moderna y el rendimiento por hectárea es muchísimo mayor al que hay en un país pobre. Lo que aporta cada trabajador utilizando herramientas de punta es mas productividad, y su salario por ende es mayor. Lo mismo sucede si comparamos a los obreros de VW en Alemania y en Brasil, por más de que los dos trabajen en la misma empresa y fabriquen el mismo auto, el alemán gana mas porque ha estudiado más y usa métodos de producción de capital intensivos que el obrero en Latinoamérica. Así, mientras mas inversión y capital haya en un país, más altos serán los salarios, mayor será la oferta de bienes y servicios y menor será la pobreza. El capital es el único responsable del crecimiento de los países, es el capital el que puede tomar la forma directa de inversión o ahorro, que a través del sistema bancario será inversión que realicen otros.
Para atraer capitales se requiere seguridad jurídica. Podríamos definir a la seguridad jurídica como las «reglas de juego» que rigen el comportamiento de las partes de una sociedad, es lo que le da previsibilidad a las acciones de los agentes económicos y les permite planificar. Mientras el Estado más intercede en la libre voluntad de las personas, las leyes se vuelven confusas y parciales, los límites del Estado se vuelven indefinidos, la volatilidad económica y social aumenta y las instituciones se debilitan. La seguridad jurídica se mide a través de la calidad institucional, y no es casualidad que los países ricos sean los de arriba en este ranking.
Por eso es totalmente falso culpar al capitalismo de la pobreza, justamente lo que hace a los países pobres es la falta de capital, y eso lo provoca su propio Estado restringiendo la libertad. El libre comercio hace que los capitales se muevan de un lado para el otro encontrando el lugar donde son más eficientes para cada cosa. Es también erróneo el pensamiento mercantilista de creer que el éxito de un país depende del volumen de sus exportaciones, Luxemburgo (el país más rico del mundo medido en términos de tamaño) importa en bienes y servicios un 168% de su PBI, Suiza lo hace en un 60%. El éxito consiste en comprar barato lo que otros hacen mejor permitiéndonos ahorrar e invertir en lo que nosotros podemos hacer mejor que el resto.