La idea de la movida hippie es comúnmente conocida como ‘paz y amor’, que tuvo vigor en la década de los 60s y 70s en EEUU y que hoy por hoy aún existen adeptos a estas ideas, sus particulares formas de vida y relaciones personales. Un punto para resaltar, es que no siempre son considerados como gente ‘pobre’ sino más bien como quienes viven con ‘escasos recursos’ o ‘poco consumista’. Veamos quiénes son, bajo qué reglas se mueven y cómo se mantienen para subsistir?
Los ‘hippies’ son un movimiento contracultural y pacifista, que tuvo sus orígenes en los años 60s en EEUU y dentro de sus costumbres escuchan rock psicodélico, groove y folk. Además, abrazaban la revolución sexual y creían en el ‘amor libre’. También, rechazaban el consumismo optando por la simplicidad voluntaria por razones políticas, artísticas, espirituales y ecológicas. Participaron en activismo radical y en el uso de drogas con la intención de alcanzar estados alterados de conciencia, entre ellos la marihuana y LSD. En definitiva, una suerte de rebeldes en busca de experiencias únicas.
Dado que este movimiento reniega el nacionalismo y la regulación estatal, la mercantilización y la burocratización de la vida cotidiana, ¿podemos decir que tienen tendencias anárquicas? Sería correcto estimar que si, ya que desean vivir sin la presencia de un paternalismo gubernamental y sin el militarismo – recordemos las manifestaciones en plena guerra de Vietnam. Además, no querían la injerencia estatal dentro de sus relaciones personales, buscaban un vínculo entre individuos y lo hacían de forma totalmente voluntaria, principalmente la ‘liberación sexual’ en contracorriente de lo establecido en la sociedad del momento.
Sin embargo, queda aún aclarar la visión de la economía y es aquí donde veremos sus tendencias más socialistas o bien, más capitalistas. Su comportamiento era o es, comunitario y colaborativo, en contra del consumismo y no acorde al capitalismo, más bien ‘ecologista’ pero no indica que sean estrictamente socialistas ya que tenían un rechazo al comunismo fundamentalmente por la falta de respeto a la libre expresión.
Aún así, tienen matices, si vemos cómo se mantienen para vivir notamos que inevitablemente hacen uso del comercio ofreciendo al público sus artesanías (ecologistas) y expresiones artísticas para percibir ingresos. Pero lo hacen en un simple acuerdo entre pares, no hay facturas de por medio, no hay ‘explotación laboral’ o ‘empleo precarizado’ y son emprendedores. Tomando esto último, sería conveniente pensar que aprovechan del capitalismo para subsistir y comer el pan de cada día, podrán estar en desacuerdo, aunque la práctica los lleve a hacer uso del intercambio voluntario. Entonces, usted lector ¿cree que son ancaps o ancoms?
Francisco Pasian