Gloria Álvarez en su último libro “Cómo hablar con un conservador” (Ariel – 2019) afirma que un conservador es alguien proclive hacia cierta inmovilidad, y con propensión a la obediencia de las tradiciones heredadas.-
Hayek en su ensayo “Porqué no soy conservador” (Unión Editorial – 2008) caracteriza al conservador como aquel instintivamente opuesto al cambio, a la novedad, alguien que aspira a que las circunstancias del pasado perduren el mayor tiempo posible en el futuro.-
Definido así el conservadurismo, Thomas Sowell no es conservador.-
En su libro “Conflicto de Visiones” (Gedisa – 1990) Sowell adhiere a la noción orgánica evolutiva de las comunidades humanas.-
En este punto conviene hacer una disgresión relevante sobre la diferencia entre sociedad y comunidad. Ferdinand Tönnies es quien mejor lo caracterizó, señalando que la “comunidad” es un grupo de origen espontáneo, basado en reglas inarticuladas; y “sociedad”, por el contrario, es un grupo nacido de un acto deliberado, y regido por reglas principalmente racionales. En tal sentido, Sowell, ve a los grupos humanos más o menos organizados, como comunidades, más que como sociedades.-
Thomas Sowell no se opone a los cambios, ni siquiera demuestra interés alguno en la perduración de las situaciones pasadas; de hecho sus ideas sugieren un proceso de cambio que provoca vértigo por su radicalidad.-
La clave para entender a Sowell está en su noción del conocimiento relevante para que una comunidad humana funcione, heredero de la “fatal arrogancia” de Hayek, descree de la razón humana para diseñar órdenes sociales y hasta para hacer mejor a la humanidad. Por ese motivo, siguiendo también a Hayek, afirma que aquel conocimiento que hace a las comunidades humanas funcionar es el surgido en un proceso en el cual entran en competencia diferentes alternativas, primando la que aporte la mejor solución, hasta que aparezcan nuevos problemas que reclamen nuevas alternativas, y así el proceso evolutivo del conocimiento se extendería hasta la eternidad, oscilando siempre entre reglas y conocimientos provisorios.-
Otra presunción básica en el pensamiento de Sowell es que la tendencia a la violencia, individual o colectiva, de la especie humana es inerradicable; basado ello en las espeluznantes carnicerías que registra la larga historia de la humanidad. No implica ello que Sowell comparta la opinión de Hobbes (“el hombre, es lobo de los hombres”), ya que eso supondría un conocimiento sobre la naturaleza humana que sería imposible para la mente humana; a criterio de Sowell el hombre no es bueno ni malo, sólo se puede saber lo que históricamente hemos hecho, y allí se puede apreciar tanto actos admirables como abominables, casi en igual proporción.-
Sowell, a su vez, estima que la comunidad humana preexiste al ser humano, y que la misma no se puede conservar sin algún tipo de autoridad política; en esto se aparta de la noción atomista heredera del “contrato social” imaginado por Locke. En opinión de Sowell, las personas fuera de una comunidad son dioses o bestias, como decía Aristóteles, pues lo que constituye a un individuo son las interrelaciones con otras personas, desde el seno familiar hasta las relaciones más complejas y voluntarias.-
A partir de esas premisas Sowell supone que el sistema institucional debe tener dos objetivos primordiales: primero, contener la violencia (no erradicarla, ya que él cree que eso es imposible); y segundo, si sobrevivimos, apuntalar las bases de la continuidad del proceso evolutivo del conocimiento y de la organización social. En esta cuestión radica la principal diferencia entre Sowell y algunos libertarios como Ayn Rand y sus adherentes.-
Para Sowell las personas no tienen derechos inherentes, ni siquiera la libertad sería esencial al ser humano. Tanto los derechos individuales como la libertad sólo tienen sentido dentro de la comunidad, como personas que participan del proceso de descubrimiento de situaciones menos malas de organización.-
En la opinión de Sowell tanto los derechos como la libertad, son garantías meramente negativas (según la clásica distinción de Isaíah Berlin “Cuatro ensayos de la libertad”), son prerrogativas de las personas para poder intervenir en el proceso de convivencia en forma autónoma, exentos de la coerción o de subordinación por parte del gobierno, ya que ello no sería vejatorio para el ser humano, sino un obstáculo para la evolución de la comunidad.-
Estas últimas ideas son las que aproximan a Sowell a los conservadores herederos de la tradición de Edmund Burke; sin embargo la gran diferencia con esa tradición es la noción evolutiva radical que defiende Sowell, que como ya se señaló, privilegia un proceso de descubrimiento abierto hacia el futuro ante que un respeto obtuso a cualquier tradición.-
En definitiva, Sowell posee la habilidad de dejar vivo el drama de la vida, rechazando cualquier utopía libertaria, hunde sus pies en el fango de la historia para a partir de nuestro pasado proponer que la interacción espontánea alivianada en algo de la violencia omnipresente, es la mejor alternativa para poder aspirar a formas de organización social más beneficiosas.-
Hugo Kulman