Por: Franco Exequiel Romero
Albert Joshep, o conocido como Albert Libertad nace un 24 de noviembre del año 1875, de padres desconocidos, fue confiado por los mismos a la asistencia pública para su crianza. Fue un militante y escritor anarcoindividualista francés quien fundó la publicación anarquista “L’anarchie”.
Desde muy joven, este personaje se vuelve un importante propagandista y abanderado del movimiento anarquista en la Francia de fines del Siglo XIX. A esa misma edad comenzaría sus primeros pasos en la escritura.
A partir de fines del mismo siglo, si se quiere ser más específico, en el año 1899, colabora con Aristide Briand en la edición del periódico libertario “La lanterne”, con Sébastien Faure editando el “Journal du peuple” y, a principios del siglo XX en la imprenta Lamy-Laffon.
En 1901, escribe varios artículos en el “Journal du Syndicat des Correcteurs” y en “Droit de vivre”, apoyando por aquella época al grupo libertario Los Iconoclastas. Hacia 1902, será uno de los fundadores de la Ligue Antimilitariste, organismo de pretensiones revolucionarias. En ese mismo año y también en 1904, A. Libertad lanzará distintas campañas en pro del abstencionismo de lo político. En abril del año 1905, Libertad funda el periódico individualista “L’anarchie”. Diversos intelectuales colaborarán en el mismo, como André Lorulot, Mauricius, Léon Israël, y Émile Armand. En conmemoración del aniversario del 14 de julio, “L’anarchie” imprimió y publica el manifiesto llamado “La bastilla de la autoridad”.
Albert era de organizar fiestas, bailes y excursiones al campo, ya que él veía al anarquismo cómo la «alegría de vivir» y no como un sacrificio militante e instinto de muerte. Buscaba reconciliar los requerimientos del individuo (refiriéndose a su necesidad de autonomía) con la necesidad de destruir a la sociedad autoritaria.
El contexto previo al nacimiento de este personaje, hizo que sus obras tuvieran un gran impacto en la Francia del siglo XIX. Una nueva revolución estalló en 1830, posterior a la ya conocida Revolución Francesa, contra lo que los liberales consideraron un intento del rey por restaurar el Antiguo Régimen, y el resultado fue la monarquía de julio (1830-1848), un gobierno monárquico de corte más liberal. Este gobierno, cada vez más autoritario, fue derrocado en 1848 por una tercera revolución, que dio paso a una breve segunda república y sirvió de ejemplo en varios países de Europa.
Durante ese siglo, Francia se vuelve un país industrial y adopta un modelo de política imperialista. El segundo imperio, instaurado por Luis Napoleón Bonaparte en el año 1852, fue derrotado en 1870 por el Imperio de Prusia, una nación alemana en ascenso y rival de Francia. Ese mismo año se inicia nuevamente un sistema republicano. La tercera república, parlamentaria, laica y de libertades, se arraigó en la sociedad, al mismo tiempo que conquistaba un vasto territorio colonial en África y Asia que rivalizaba con el Reino Unido y sobre todo con Alemania. Francia pactó con el Reino Unido la Entente Cordiale, que más tarde, en el 1900 se convertiría en la Triple Entente con la adhesión de Rusia, que combatirán contra Alemania y los Imperios Centrales en la Primera Guerra Mundial.
El objetivo que tenía Libertad es que buscaba superar la dicotomía falsa entre la revuelta individual y la revolución social, enfatizando que la primera es simplemente un momento de la segunda, ciertamente no su negación. La revuelta solo puede nacer de la específica tensión individual, la cual, en su expansión, solo puede llevar a un proyecto de liberación social. Para Libertad, el anarquismo no consiste en vivir en forma separada de ningún contexto social en alguna torre de marfil o en alguna isla comunitaria feliz, tampoco en vivir en sumisión en roles sociales, posponiendo el momento de la rebelión. Y debido a esto, en esta perspectiva, la revuelta individual y la revolución social ya no se excluyen entre sí, sino más bien se complementan.
Libertad fallece el 12 de noviembre del año 1908, prácticamente joven podríamos decir, muy próximo a cumplir los 33 años, pero en sus cortos años de vida nos dejó obras de gran relevancia, las cuales deben servirnos día a día en la batalla cultural.
Franco Exequiel Romero.
Integrante del equipo de Homenajes
Fundación Club de la Libertad
