El coronavirus en la carrera electoral norteamericana.

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Por Ivan Matías Fonteina.

El coronavirus se instala sobre el mundo y Estados Unidos no es una excepción; por otro lado, es en este, ciertamente importante país, que se llevarán a cabo elecciones presidenciales este año. Que en el país de la libertad se detuvieran las elecciones sería una verdadera catástrofe democrática, y que los ciudadanos lo aceptaran sería aún peor, no obstante, restan aún muchos meses por delante hasta las mismas. Sin embargo, sigue siendo un año muy importante y para los demócratas el tiempo vuela, ya que son quienes tienen las obligaciones más cercanas. Mientras tanto las fechas programadas se comienzan a cambiar, los ciudadanos a impacientar y los candidatos, taciturnos, modifican sus estrategias y consignas.

Desde el Partido Republicano, los esfuerzos deben centrarse en gobernar en un clima hostil, con el coronavirus y la economía en contra, mientras que en la otra vereda la reñida carrera por la candidatura presidencial sigue su curso. Joe Biden se encuentra adelante, pero sin los números suficientes y Bernie Sanders no da su brazo a torcer. El 13 de julio inicia la Convención Demócrata que elegirá al oponente de Trump en las presidenciales, pero la crisis del coronavirus está envolviendo en incertidumbre a todo tipo de fechas en muchos de los Estados que deben elegir a los delegados que los representarán en la Convención. Ciertamente esto suma nuevas preocupaciones.

Para darnos una idea de la magnitud, el desarrollo de la pandemia ha creado incertidumbre sobre si la importante Convención Demócrata todavía puede tener lugar. Los planificadores, aún a más de 3 meses de la fecha, buscan alternativas en caso de que la reunión no pueda desarrollarse. «A medida que navegamos por el desafío de responder al coronavirus, estamos explorando opciones de contingencia para garantizar una convención exitosa sin riesgos innecesarios para la salud pública«, dijo Katie Peters, una portavoz de la Convención.

Por otro lado, la planificación se ve obstaculizada por el hecho de que los demócratas, mientras ambos interesados permanezcan en carrera, no tienen aún un candidato presidencial de facto, como se mencionó antes y la división partidaria se hace presente. El exvicepresidente Joe Biden, lleva el liderazgo, pero no puede tomar las riendas del proceso hasta que Sanders abandone o el mismo Biden pueda alcanzar el umbral de 1.991 delegados.

Sin embargo, el exvicepresidente no puede acumular más delegados hasta que más Estados celebren sus primarias, y con muchos Estados posponiéndolas, se haría muy difícil para Biden llegar al número antes de junio, lo que llevaría a nuevamente alargar el proceso. Mientras tanto quienes resultan beneficiados electoralmente por el virus, son Trump y su equipo, ya que mientras más tiempo estén los demócratas ocupados en internas, menos lo estarán en las presidenciales; la economía es ciertamente otra historia.

Un memorando enviado por los líderes del Comité de Reglas y Estatutos del DNC, expresaba que 18 Estados habían propuesto cambiar los planes de selección de delegados previamente presentados y aprobados por el DNC (Comité Nacional Demócrata). Los cambios incluyen modificaciones en las fechas de las convenciones estatales.

Hasta ahora casi todos los Estados decidieron posponer las internas, con excepciones de Alaska, Hawái y Wyoming, por un lado, que optaron terminantemente por realizar la totalidad de las elecciones por correo; y por otro lado, al menos por el momento, deciden proseguir con las internas los Estados de Wisconsin, Kansas, Nebraska, Virginia del Oeste y Oregón. El resto, a medida que la pandemia anula la campaña, deciden posponer las elecciones y amplían las opciones de voto por correo.

Muchos de estos Estados, han mudado sus primarias al 2 de junio, que se está convirtiendo rápidamente en una fecha importante en el calendario primario demócrata. Es una de las últimas disponibles antes del límite del 9 de junio establecida por el DNC para que los Estados celebren sus concursos. Con la cantidad de delegados en juego en este nuevo 2 de junio, prácticamente igualan al supermartes del 2016, en el que se enfrentaban Hilary Clinton y Bernie Sanders, en él estaban en juego las elecciones de 12 Estados y 880 delegados; en esta nueva fecha veremos la competencia por 12 Estados y 822 delegados. Se trata realmente de un nuevo y verdadero “supermartes” demócrata.

 

Como ya mencionamos en artículos previos, en los Estados Unidos el sistema electoral es diferente al de Argentina. Allí no existen primarias nacionales directas en una misma fecha, en cambio, cada Estado establece sus propias fechas, y se eligen un cierto número de delegados determinado en base a la población, que luego irán a la Convención Nacional a elegir al siguiente candidato por el Partido Demócrata a la presidencia de los Estados Unidos. El “supermartes” es lo más parecido que podríamos encontrar allí a primarias nacionales, esto en general pasa solo una vez en el año, aunque en este 2020 podríamos sorprendernos.

La importancia de ese martes será la cantidad de Estados que eligen, y la cantidad de delegados que son elegidos, en la misma fecha; recordemos que, para alcanzar la nominación, los candidatos deben obtener un piso de 1991 delegados. Hasta ahora, Biden y Sanders no se sacan realmente grandes diferencias, el exvicepresidente va por delante con 1215 delegados, mientras que Bernie le sigue con 910. Esto quiere decir que la fecha del 2 de junio será realmente importante para la carrera demócrata, cuando no, determinante.

Por otro lado, es importante destacar que esta fecha no es la única en que restan por realizarse elecciones, pero si la única clara y segura. Restan realizarse, elecciones por más de 800 delegados, sin embargo, si alguna nueva primaria se posterga o no, es una incógnita; desde el gran Estado de Nueva York, a propósito, con 274 delegados en juego, todavía no se decide si posponer o no la convención estatal. Hoy por hoy, la fecha fuerte en que todos intentan centrarse es el 2 de junio.

En cualquier caso, una verdad parece inocultable: mientras más esfuerzos dediquen los precandidatos a su nominación interna, menos podrán dedicarle a la campaña presidencial. Si todo sigue igual, el escenario se volverá cada vez más cuesta arriba para los demócratas que, además de estar dividido, no halla en sus precandidatos fortaleza ni soluciones a, por ejemplo, la problemática que el mundo hoy está atravesando, cuestión que hace que muchos de los votantes se replanteen el liderazgo de sus representantes.

#WhereIsJoe ha sido el hashtag con el que se acosaba en la web al precandidato Joe Biden, resaltando su perfil bajo frente a las cuestiones que desbordan al mundo y aludiendo también a su poca aparición desde que el coronavirus lo obligó a ceder parte de la campaña.

Desde su propio bando, al exvicepresidente se le hizo una pregunta durante una recaudación de fondos virtual, que reflejó un desafío que se avecinaba en su campaña: «Lo que me preocupa es que vemos a Donald Trump todos los días con esta crisis dando su informe de prensa«, dijo el donante, “me encantaría verte más ¿Cómo conseguimos más de ti y menos de él en nuestras ondas aéreas?”. Esto revela en parte tanto la actitud del precandidato como las prioridades de sus votantes.

La encuestadora Civiqs aquí pudo demostrar fácilmente la magnitud de la importancia que efectivamente los votantes demócratas le dan a la cuestión.

En una conferencia telefónica con periodistas, Biden indicó que su campaña estaba trabajando para aumentar su capacidad de conectarse al público. «Quiero estar en contacto diario con el pueblo estadounidense y comunicar lo que estaría haciendo, lo que creo que deberíamos estar haciendo y cómo deberíamos hacerlo«, concluyó. No es para menos entender el perfil de sus posibles votantes, son clasificados según los analistas en: adultos, suburbanos y moderados; no tiene particularmente la llegada a redes sociales como Donald Trump ni apoyo significativo de votantes jóvenes como Bernie Sander. Esta nueva metodología será un gran desafío para Joe Biden.

Mientras tanto esta semana, el senador Bernie Sanders ofreció su justificación para permanecer en las primarias a pesar del liderazgo de Joe Biden, argumentando que queda un «camino estrecho» para su candidatura pero igualmente seguirá presionando su postura socialdemócrata: «Las campañas son una forma importante de mantener la lucha y aumentar la conciencia pública sobre estos temas«, dijo Sanders para NBC. Revisó una lista de las prioridades, incluyendo «Medicare para todos». «Así que creo que este es uno de los argumentos para seguir adelante» dijo.

Parece claro que la competencia se extenderá. Desde julio hasta noviembre, no son muchos los días que median entre ambas fechas, a quien resulte electo como nuevo candidato demócrata para afrontar las elecciones presidenciales se le suma a su ya divido e inestable partido, la carrera contra reloj por intentar ganarle nuevos electores a Trump, en menos tiempo del que ha tenido para vencer a su rival por la nominación de su partido. Será un gran desafío. Por ahora al menos, el único que sonríe electoralmente es Donald Trump, lo económico como dije antes, es otra historia.

 

Fonteina Ivan Matías.

Estudiante de licenciatura en Ciencia Política y Gobierno.

Integrante del equipo de publicaciones de artículos de la fundación Club de la Libertad.

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