Elecciones presidenciales en los Estados Unidos 2020

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Por Ivan Matías Fonteina

Los inicios en la carrera por la nominación demócrata y la definición del supermartes.

Este 2020, y todos lo pudimos notar, viene siendo un año muy movido desde sus inicios, a lo que debemos sumarle que el mes de noviembre se elige un nuevo presidente en nada más y nada menos que los Estados Unidos. Parece una fecha lejana, pero hay que tener en cuenta que tras la elección presidencial, en un régimen electoral diferente, se oculta la dura competencia dentro del fracturado partido demócrata; Donald Trump se encuentra muy bien posicionado para afrontar las elecciones, pero su opositor aún es una incógnita. La carrera la transitan hasta el día de hoy, el ex vicepresidente de Obama y candidato del establishment, Joe Biden, y el progresista senador por el estado de Vermont, Bernie Sanders. Esta carrera además se ve enmarcada en un sistema electoral particular, en a su vez un Estado tan federal como lo es Estados Unidos; esto, además de hacerlo realmente más apasionante, lo hace mucho más competitivo. De acuerdo a tal sistema, para definir al nominado demócrata para competir en las presidenciales de noviembre, el partido debe pasar por elecciones internas, cada candidato debe obtener cierto número delegados, que luego votarán para decidir finalmente al nominado; la carrera electoral inició días antes para estos candidatos, pero el martes 3 de marzo fue una fecha particularmente importante para la misma, a continuación, explicaremos por qué.

El martes 3 de marzo, o supermartes, fue una fecha clave en las elecciones primarias del partido demócrata, se eligieron 1357 delegados a la convención nacional, que sumados a los 155 ya electos previamente completan poco más de un tercio de la totalidad de 3.979 delegados puestos en juego. La expresión, alude al día con mayor número de estados y delegados en juego en elecciones primarias, que a diferencia de las PASO argentinas no se celebran en la misma fecha; pero esto va más allá y proseguiremos a explicarlo.

Con tal preámbulo es ya fácilmente apreciable que en Estados Unidos el sistema electoral, que además de particular como ya se dijo, es distinto al que tenemos aquí en Argentina. Las elecciones en el país del norte son indirectas, y el presidente es elegido por un colegio electoral; sin embargo, lo que ahora nos compete es la competencia por estos nombrados delegados demócratas quienes votarán en la convención de los días 13, 14, 15 y 16 de julio, definiendo así al candidato oficial por su partido que competirá con Trump en las presidenciales.

También es curioso que realicen estas elecciones un martes ¿No? Estamos nosotros acostumbrados a votar los domingos, y quizá también para sorpresa, las elecciones presidenciales generales también se llevarán a cabo un martes; de acuerdo con el New York Times esto se estableció en una ley de 1845, pues, en la Unión Americana religiosa y granjera, los domingos se reservaban para el descanso y el culto, mientras que los miércoles generalmente era día de mercado, por ello se descartaron estos días, y al quedar pocas opciones para elegir, finalmente se optó por martes. Igualmente, es recién luego de largos años, en 1984, que se instituyó oficialmente el famoso “Supermartes”.

Hoy por hoy, las miradas están puestas en el fragmentado partido demócrata. ​Analistas consultados por BBC Mundo coinciden en que la situación sería «mucho más clara» luego del 3 de marzo pasado, “aunque no decisiva”. Hasta ese día, el partido pasó por una profunda división, con múltiples candidatos de diferentes tendencias, que lo llevaron a exhibir una suerte de crisis de identidad, según analizaba el periodista de la BBC, especializado en política estadounidense, Anthony Zurcher.

¿Pero entonces, en qué consiste este tan nombrado “supermartes”? Básicamente se trata de números, para conseguir ser el nominado demócrata, los interesados tienen que llegar a una cifra de 1.991 delegados, para ponerlo en perspectiva, en este supermartes están en juego 1.357; al mismo tiempo, y para seguir entendiendo su dimensión, hay años en los que el martes es más súper que en otros, ya que los estados van cambiando su fecha de un ciclo electoral a otro, por ejemplo, en 2016 los demócratas eligieron 880 delegados en 12 estados, bastante menos que ahora.

Y, para comprender mejor ¿Quiénes son los llamados «delegados» y cuál es su labor? Son mayoritariamente activistas o líderes de una comunidad, pertenecientes al partido, quienes acudirán a votar en la Convención Nacional Demócrata, que es la culminación del proceso de primarias, al candidato del partido para la presidencia. Cada estado tiene un determinado número de delegados en función de su población y el apoyo demócrata en ese territorio en el pasado.

¿Qué pasa si ningún candidato consigue los apoyos necesarios? Si ningún candidato consigue la cifra de 1.990 en la primera votación en la convención, se pasa a una segunda en la que entran en juego los llamados «superdelegados», que son miembros del partido con un cargo público. Un total de 771 superdelegados podrían votar en la Convención para «desatascar» el resultado, junto a los delegados. Los primeros, a diferencia de los últimos, votan libremente.

¿Y por qué resulta tan importante? Obviando que es el método por el cual se elige al finalmente candidato a la presidencia por el partido demócrata en un sistema bipartidista, que no es poca cosa, es un día determinante para los candidatos ya que, si en esta jornada alguno construye una amplia ventaja de varios cientos, respecto a sus competidores, podría ser extremadamente difícil para los demás ponerse al día durante los tres meses restantes. Lo que para algunos analistas resulta muy importante para enfrentar a un sólido Donald Trump: «Cuanto antes puedan acabar con la temporada de primarias y centrarse en las presidenciales, mejores oportunidades tendrán para competir con Trump», consideró Lindsay Newman, investigadora sénior del programa de Estados Unidos y las Américas de la organización Chatham House, a BBC Mundo.

Según la información en promedio de encuestas previas al supermartes, publicadas por el sitio Real Clear Politics, Bernie Sanders ganaría en los principales estados. Pero entonces, ya a dos semanas del hecho veamos cómo resultó el muy nombrado “supermartes” en este nuevo año electoral.

Eran esperadas estas aproximaciones en las encuestas puesto que, a diferencia de Bernie Sanders, Biden tuvo un arranque muy difícil en los primeros dos estados en los que se votó, Iowa y New Hampshire, luego logró un segundo lugar en Nevada y finalmente arrasó en las elecciones en Carolina del Sur. Pero en el medio de su mal desempeño el núcleo demócrata, desconfiado, decidió jugar nuevas cartas para evitar la victoria de Sanders, las fichas fueron puestas en el multimillonario exalcalde de Nueva York, Mike Bloomberg; sin embargo, tras la rotunda victoria que Biden en Carolina del Sur, las grandes incógnitas son si el exvicepresidente será capaz de traducir ese triunfo en impulso hacia este supermartes, y si la irrupción de Bloomberg no terminará dividiendo los votos. En cualquier caso, el marco seguía dando como favorito a Sanders.

“Es muy probable que el Sr. Sanders salga del Súper Martes con ventaja, pero el tamaño de esa ventaja es un gran signo de interrogación, y también lo es el número de estados en los que pueda ganar directamente”, afirman especialistas del New York Times. Al mismo tiempo, su fuerza depende de la división de su oposición. Si los votantes moderados o los afroamericanos se unen en torno a algún candidato, entonces Sanders podría terminar con una lista más corta de victorias. Lo que al final efectivamente terminó materializando con los abandonos de los excandidatos Pete Buttigieg y Amy Klobuchar días antes del supermartes, despejando el camino y ofreciendo una señal a sus votantes para que aceptaran la candidatura de Joe Biden.

Es importante tener presente que aun cuando la misma persona supere en delegados y en estados, el triunfo puede dejarle sabor a poco, para asegurarse la nominación como candidato demócrata, como ya se dijo, es necesario conseguir 1.990 de los 3.979 delegados que participarán de la primera votación en la Convención Nacional del partido. Si nadie alcanza ese número las cosas se pueden complicar, en la segunda votación se suman los ya nombrados super delegados. Y considerando el rechazo que genera la candidatura de Sanders en los sectores más conservadores, no sería descabellado que, para desplazarlo, muchos se pongan de acuerdo en apoyar al precandidato que se ubique segundo. Sería un escenario muy delicado, que hundiría todavía más a los demócratas en una profunda crisis. Es por ello que resulta necesario para Bernie llegar a la convención con el “número mágico” satisfecho, ya que al momento de votar todos aquellos superdelegados es probable que tiendan a elegir conservar su posición con el establishment y se le termine por escapar la nominación.

Con esto acabamos de repasar la magnitud de lo que está en juego, pero entonces ¿Cómo finalmente resultaron las elecciones el pasado 3 de marzo en el supermartes ya mencionado?

Para sorpresa de muchos el gran ganador fue el ex vicepresidente Joe Biden, quien llegó al Súper martes con solo la esperanza de que su victoria en Carolina del Sur se tradujera en éxito en algunos de los estados y le permitiera no perder pisada a Sanders, su velada claramente tuvo un éxito más allá de sus mejores expectativas.

El apoyo de Biden entre los votantes afroamericanos, que se exhibió en Carolina del Sur, se repitió en todos los estados del sur, esto además ayudó a compensar la fortaleza de Bernie Sanders entre los votantes hispanos. Otra clave fue, que como se venía augurando, los avales finalmente si importaban. El lunes, la ya nombrada senadora de Minnesota Amy Klobuchar abandonó la carrera y decidió brindar su apoyo a Biden, en su estado natal, y una carrera que parecía ser una sacudida entre ella y Sanders terminó siendo una rotunda victoria de Biden de casi dos dígitos. También celebró en Dallas y otros estados sureños, gracias a los apoyos de Buttigieg y nuevamente de Klobuchar.

Pero la carrera aun no termina, aunque sí ha ganado una importante batalla, ahora comienza el trabajo duro. Se enfrentará cabeza a cabeza con Sanders por lo que la competencia será realmente difícil, al mismo tiempo tendrá que recaudar fondos y organizarse rápidamente para compensar las ventajas de la campaña del senador de Vermont. Mientras tanto, los republicanos comenzarán a apuntar su fuego contra él.

¿Y qué pasó con Bernie? El senador de Vermont esperaba que el Súper Martes fuera su mejor golpe, sin embargo, parece que la oposición y el establishment resultaron efectivos en su intento por frenarlo.

El apoyo latino de Sanders sigue siendo fuerte, y a diferencia de su campaña en 2016 ya no es solo receptor de votantes blancos y progresistas, igualmente sucede con los votantes jóvenes, Bernie dominó de nuevo el voto de menores de 29 años. Sin embargo, lo negativo, y el desafío, para el equipo de Sanders es que hay pocos indicios de que estén resultando en números en aumento, y si es que hubo una ampliación en el electorado, fue de votantes suburbanos moderados, del tipo que está más inclinado a apoyar a Biden. Muchas cosas parecen indicar que Bernie Sander ha tocado su techo.

Igualmente, aun si bien Biden parece estar en lo más alto, Sanders continúa recibiendo importantes donaciones políticas, $ 46.5 millones solo en febrero, informa el New York Times. ¿Será este el factor final que hará la diferencia en esta carrera en las internas demócratas?

Lo segundo que dejó este supermartes es el abandono de Bloomberg, que incluso afirmó que apoyaría a Biden, apropósito de ello, sus objetivos declarados siempre fueron derrotar a Trump y evitar que Sanders sea el nominado; sin embargo, no está claro si ayudará a Biden contra Sanders o al nominado demócrata contra Trump. Para darnos una idea, Bloomberg gastó $34 millones en su campaña. La otra gran perdedora ha sido la progresista Elizabeth Warren, que no pudo sumar delegados ni en su local Massachusetts, y que finalmente decidió también abandonar la carrera «una de las partes más difíciles de esto son todas esas niñas que van a tener que esperar cuatro años más», dijo el jueves, luego del supermartes, junto a su esposo afuera de su casa en Cambridge, Massachusetts. El equipo de Sanders saldrá desmedidamente en búsqueda de su apoyo para replicar la estrategia de su opositor.

En conclusión, el resultado de este supermartes el pasado 3 de marzo ha dejado ganadores y perdedores y una perspectiva clara en que la carrera electoral de este año será más que reñida. Da la casualidad, que los resultados del supermartes suelen ser definitorios, desde 1984, 17 de los 18 precandidatos que ganaron el Super martes de cada partido terminaron quedándose con la nominación; sin embargo, a diferencia del 2016, los resultados son mucho menos abultados. ¿Sucederá lo mismo en este 2020? Todo esto parece indicar que tendremos una atractiva carrera cabeza a cabeza hasta julio en la convención demócrata que seguramente continuará hasta las presidenciales en noviembre; esto a colación trae nuevas incógnitas ¿Podrá Biden mantener su ventaja? ¿Tiene el establishment más poder del que aparenta? ¿La carrera se definirá en consecuencia de las donaciones y recursos económicos? ¿La reñida y llamativa carrera por la nominación demócrata captará nuevos electores a la hora de competir con Donald Trump? ¿O, por el contrario, la división repercutirá en la solidez del electorado? Son preguntas que solo iremos respondiendo con el paso de los días.

 

Fonteina Ivan Matías.

Estudiante de licenciatura en Ciencia Política y Gobierno.

Integrante del equipo de Artículos de la Fundación Club de la Libertad.

 

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