Por: Franco Exequiel Romero
Os sonará de algo lo mencionado en el título, o si son jóvenes, lo más seguro es que lo hayan visto en algún meme.
Sí, es el famoso Muro de Berlín, esa gran tapia que formó parte de la frontera interalemana desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989. Rodeaba y separaba la zona de la ciudad berlinesa encuadrada en el espacio económico de la República Federal de Alemania (RFA), Berlín Oeste, de la capital de la República Democrática Alemana (RDA) entre esos años.
El Bloque del Este dominado por los soviéticos sostenía que el muro fue levantado para proteger a su población de elementos fascistas que conspiraban para impedir la voluntad popular de construir un Estado socialista en la Alemania del Este. El Muro constituía la frontera estatal entre la RDA y el enclave de Berlín Oeste.
Al nombrar un nuevo Muro de Berlín en éste tiempo, me refiero al Río Uruguay, que es uno de los límites que separa a Argentina del Uruguay. ¿Y por qué ésta exuberante comparación, más aún sabiendo que son épocas completamente diferentes?
Bueno, desde el comienzo de la pandemia se han comparado las medidas tomadas por los presidentes de ambos países, siendo la dimensión del impacto en los aspectos económicos y sociales de menor magnitud en el país charrúa. Una de sus medidas más alabadas del mandatario Lacalle Pou fue la reducción del 20% de los sueldos de los congresistas que ganaban un monto superior a $1900 dólares para la creación del Fondo Coronavirus que permitiera una mayor ayuda a la población; también facilitó el trámite de la ciudadanía uruguaya para las personas que deseaban cruzarse, ni tampoco llevó a cabo una cuarentena estricta para las personas. Mientras que en Argentina corrían más de 90 días de cuarentena, con una nueva forma de seguir cobrando impuestos: las personas que deseaban cruzarse al país vecino debían pagar un impuesto antes de emigrar.
Esto podría referirse a cuando los alemanes deseaban cruzar desde el lado oriental del muro hacia el lado occidental, pero el primero se encontraba fuertemente vigilado y no se dudaba en disparar a aquellos que intentaban pasar al lado occidental sin permiso. El Muro de Berlín cayó en la noche del jueves 9 al viernes 10 de noviembre de 1989, 28 años después de su construcción. La apertura del muro, conocida en Alemania con el nombre de die Wende (El cambio), fue consecuencia de las exigencias de libertad de circulación en la ex RDA y las evasiones constantes hacia las embajadas de capitales de países del Pacto de Praga y Varsovia y por la frontera entre Hungría y Austria, que impuso menos restricciones desde el 23 de agosto.
La historia es cíclico, no lineal, la misma se repite de una forma u otra y en el momento que menos pensamos, se retroalimenta a sí misma. Es solamente cuestión de tiempo para que ese cuerpo de agua compuesto por tres secciones se convierta de nuevo en algo, que en este caso dividiría a dos países, atentando contra la libertad de circulación de las personas y que termine condicionando la libertad de las personas.
Por otra parte, cabe destacar que parte del pueblo argentino no se ha quedado dormido en ese aspecto, pues, se ha levantado contra las medidas expuestas por este gobierno, algunos temiendo por su vida debido a los diversos casos de desapariciones y asesinatos por parte del aparato represivo del estado, pero también hay personas que no se oponen, que se quedan sin hacer nada y con las manos en los bolsillos, y dicen que no saben qué hacer, esperando a que otros sean los que aporten el remedio para este mal.
Se hace cada vez más viable la idea de emigrar del país, realizar la llamada fuga de cerebros, qué permita poder progresar en la vida y evitar caer en la desdicha de convertirse en dependiente de una sola institución la cual tienes que obedecer sin precedentes. Citando a Thoreau en su obra Desobediencia Civil “… Los gobiernos demuestran, entonces, cuán exitoso es imponérsele a los hombres y aún, hacerse ellos mismos sus propias imposiciones para su beneficio”. Esta premisa es excelente y deberíamos tenerla en cuenta. Ya que, este gobierno es incapaz de sacar a flote una empresa sino es para llevar a la quiebra a la misma o para el beneficio de los corporativistas estatales.
Franco Exequiel Romero
Socio e integrante del grupo de Homenajes del Club de la Libertad