El hombre que jugo con los medios sin perder el fin

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Por: Marco Niveyro (*)

“Personaje que fascina y seguirá fascinando, cualquier lector que ya haya ojeado las páginas de sus obras de seguro aprendió y mucho, y si las vuelve a leer aprenderá algo más y cada página otorga un argumento nuevo, cada página te desmonta la anterior.”

La persona a la que me refiero es Murray Newton Rothbard. Hombre heterodoxo si los hay, presumió de haber sido toda su vida un anarquista, aunque es una postura que la asume a los veintitantos, llegando a la idea de anarco-capitalismo, siendo el fundador del ANCAP moderno. La idea de que el estado no hace falta y que la forma de organizar una sociedad anarquista no puede ser como la plantean los anarquistas de izquierda o como la plantean los anarquistas ecologistas, sino que, la única forma posible de organizar una sociedad anarquista es a través del capitalismo de libre mercado, frente a los anarquistas colectivistas, que proponen una suerte de anarquismo pero compuesto por comunas o por instituciones comunistas.

Para contextualizar al lector retrocederé unos siglos atrás. A los austriacos primitivos. Los del siglo XIX, Carl Menger o Eugene Von Bohm Bawerk, personajes que llevaron unas vidas relativamente cómodas, el primero como profesor de la universidad de Viena y el segundo como ministro de hacienda de Austria. En cambio los austriacos del siglo. XX, como Mises, Hayek o el mismo Rothbard no llevaron vidas especialmente buenas en el ámbito académico; Rothbard siempre dio clases en una escuela de comercio, nunca lo hizo en una gran universidad, ni tenía una gran cátedra; Mises tampoco llegó a tener un puesto permanente en la universidad, de hecho, incluso de muy mayor, vivió de becas en EEUU. Es decir, a diferencia del siglo XIX, en que los paradigmas liberales eran el Mainstream, el siglo XX vio una marginalización absoluta de la economía austriaca, de manera que entonces el economista austriaco se convirtió en una suerte de leproso al que hay que negarle espacio en la academia o la posibilidad, incluso, de enseñar. A Hayek nunca le dejaron enseñar en la facultad de Chicago, lo redirigieron al departamento de filosofía moral y política, cuando hasta ese momento toda su obra había sido una teoría económica, que luego le valdría el Nobel. Rothbard logra recién al final de su vida conseguir un buen puesto en la universidad de las Vegas.

Estos datos contextuales nos dan una pauta. La vida de este personaje no fue fácil, y él siempre escribe contra corriente, siempre bastante marginalizado en lo académico y de esa forma escribe sus obras. Sin embargo y pese a todo, es un escritor prolífico, combina todo al no hacer fronteras entre las ciencias sociales. Uno de los grandes errores de nuestro tiempo es la departamentalización, es decir, se agrupa a los profesores en departamentos; economía, política, sociología, y no pueden hablar de otra cosa que no sea de lo suyo y supuestamente son competentes en lo suyo. Rothbard en ese sentido quiere borrar las fronteras porque su visión es integradora, esto pude verse en su obra “Poder y Mercado”;  en la misma integra perfectamente lo que es la política, la economía, la filosofía política y moral e incluye elementos de sociología. Es muy difícil entender la economía sin la política y lo mismo a la inversa, y al día de hoy está todo imbricado. Lo que llamamos economía son una especie de entes socializados, llamémosle Banco Central, Ministerio de lo que fuera, pero son entes que regulan la vida económica y, a su vez, la política está muy constreñida por lo que marcan las leyes económicas. De hecho los gobiernos muchas veces tienen que ceder lo que les gustaría hacer, simplemente porque las leyes económicas se lo impiden, porque arruinan a los países. Esto no se suele entender muy bien y Rothbard entonces integra todo logrando una conexión exquisita.

La vida de Rothbard fue también una vida de activista político. Osciló mucho, estuvo en la derecha más extrema, en el partido de los estados, que defendían la autonomía del sur y la segregación racial; muchos se preguntan qué hacia Rothbard allí. Él estaba allí porque ese partido defendía los derechos de los estados, Rothbard sostenía que frente al estado central era bueno que hubiera estados que le plantaran cara, que nunca estuviera centralizado el poder y no era partidario de la segregación obviamente, pero le gustaba la idea que subyacía detrás del principio. Llegó a decir: “La portación principal de la teoría política española de todos los tiempos eran los fueros”, los Fueros viejos de Navarra o Castilla, es decir las leyes viejas que impedían que el estado antes de tomar una decisión tenía que consultar fuero por fuero. Después fue un Republicano, también como dato no menor, a finales de los 60 y 70 militó en partidos de izquierda y lo hizo por una cuestión muy coherente.

Antes de proseguir cabe aclarar que Rothbard nunca cambió de ideas, pudo evolucionar en algunos puntos, pero nunca cambio, lo que si cambió fue su militancia política, ¿cómo puede ser eso? Dirán los puristas confusos mal llamados liberales, que una persona tan libertaria, tan ANCAP, pase de estar en un momento en partidos que se situarían en la extrema derecha y en los años 70, pase a miliar con partidos muy próximos de la extrema izquierda y, encima, al final de su vida gire de nuevo a partidos como el republicano (asesoró a Pat Buchanan, ala derecha del partido republicano). Lo cierto es que nunca cambió, él era coherente, era un enemigo del estado y se aliaba en cada momento con los partidos que eran enemigos del estado, su postura en el fondo atacaba al estado.

¿Por qué se pasa a la izquierda? La pregunta más recurrente. En aquel momento la izquierda es la que ataca al estado. Rothbard tenía un punto central en todo su pensamiento y el enemigo principal era la guerra. En muchas de sus obras trata el tema del Aislacionismo, es decir, que el estado americano debe renunciar al imperialismo y debe renunciar a cualquier tipo de guerra externa, sea cual sea la excusa; se opuso a todas las guerras que hizo EEUU, independientemente de que fueran para una causa o para otra y siempre decía: “La guerra es la salud del estado”, ¿qué es lo que hace fuerte al estado? La guerra. Entonces hay que atacar la guerra porque es ahí donde se nutre el estado, y así atacó sistemáticamente todas las guerras. En los 70 la derecha apoyaba la guerra de Vietnam y él se pasa a la posición izquierdista contra la guerra de Vietnam, porque en ese momento era la izquierda la que luchaba contra el estado. Y él lo veía muy claro, sabía que de esa guerra vendría inflación, iba a venir gasto social, normalmente el gasto social y la política social van a la par que las guerras, porque es muy difícil legitimar una guerra si al mismo tiempo no le das algún tipo de dulce o caramelo al pueblo, y fue lo que hizo Lyndon Johnson. Al mismo tiempo que invadía Vietnam, instauró la llamada “Guerra contra la pobreza” y Rothbard también se oponía a ese tipo de guerras. Como él sabía, todo esto derivó en inflación y en el abandono del patrón oro por Nixon en 1971, precisamente como consecuencia de estas derivas de guerra. La guerra conduce a desordenes monetarios y a desordenes políticos, es decir que incrementa el poder del estado. Y al final de su vida los que se oponían al estado eran los republicanos, se alió con ellos, sin importarle que estos fueran otra especie de malditos en la política norteamericana.

Rothbard tiene un pensamiento muy claro, definido y que marca su norte, aunque es muy criticado por ello. Es un personaje que tanto en teoría como en práctica nos dejó mucho y su legado no debe ser menospreciado sino más bien estudiado y vuelto a interpretar tantas veces sea necesario.

 

(*)Marco Niveyro

Secretario de Eventos

Club de la Libertad (Ctes.)     

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