La palabra vale lo que la moneda argentina

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Apertura de sesiones ordinarias, el electo presidente de Argentina, Alberto Fernández, habla en el Congreso de la nación. Desde ahí inicia su discurso remarcando que sus antecesores mintieron, y que es necesario recuperar el valor de la palabra. Acto seguido empieza a mencionar algunos objetivos fiscales y económicos.
Describe el escenario recibido, un 53,8% de inflación anual; una deuda pública récord; desocupación del 9,7%; entre otros. Posteriormente menciona que es necesario renegociar la deuda externa para alcanzar los objetivos fiscales y monetarios, sumado a un gran acuerdo de precios, dado que creen que la economía se hace en base a acuerdos de palabra y entre grandes corporaciones. Ofrece a su vez un incremento salarial mínimo para los trabajadores del sector privado y del sector público; también explica la baja de la tasa de interés bancaria del 63 al 40%.
De su discurso podemos extraer que se cree necesario estabilizar la economía, en base a esos acuerdos de precios para mejorar el poder adquisitivo y de esa manera recomponer los ingresos y mejorar el poder adquisitivo.
De ese modo podemos saber por lo menos cómo exteriorizan su pensar, cómo miran la economía y bajo qué teorías el equipo económico se maneja; sin embargo, ya que se habló del valor de la palabra, me parece necesario ir a observar el presupuesto de 2020, y la cuenta AIF de enero 2020, ambos documentos que se pueden obtener en la Oficina Nacional de Presupuesto. Es ahí donde vamos a poder aproximarnos a una idea de lo que será, por lo menos, este año en términos económicos y lo que el Gobierno actual planificó.
Mucho se podrá decir en base a la fidelidad de lo plasmado en aquellos documentos, sin embargo siendo documentos oficiales, espero que se entiendan como un mínimo del cual piensan partir; Me parece necesario aclarar algunos puntos de partida, los datos son estimaciones, es posible que varíen de gran manera en la cuantía, más es esperable que vayan en la dirección en la que se presentan, es decir que no hay que tomar los datos a presentar como estimaciones puntuales, sino más bien como un entendimiento de hacía donde irá el Gobierno este año. A su vez cabe mencionar que el tratamiento de los datos varía tratándose por un lado del presupuesto y por otro de la cuenta AIF, dado que mientras la primera se refiere a todo el período 2020, la segunda se refiere solo a enero 2020.

PRESUPUESTO 2020

Del presupuesto, me gustaría hacer hincapié sobre todo en lo que respecta a los recursos a través de los cuales se buscan financiar el gasto (utilizando como deflactor el PBI y no el IPC).
Antes de pasar a los fríos números, hay que entender que hay una distinción entre recursos tributarios y no tributarios; sin ánimos de extenderme en explicaciones teóricas, los ingresos tributarios provienen de exacciones impositivas, se entiende por aquellas las que no conllevan una contraprestación directa por parte del Estado (es decir su obtención no se identifica con una actividad realizada por el Estado), los ingresos no tributarios son aquellos que provienen de exacciones que conllevan una contraprestación directa por parte del Estado (su obtención sí se identifica con una actividad realizada por el Estado, y tienen origen solo a partir de esa actividad realizada). Por otra parte lo referido a aportes y contribuciones hace referencia a los recursos de la inseguridad social. En términos generales, podemos ver un aumento de todo tipo de ingresos, entonces el ciudadano de a pie puede esperar un aumento en términos reales (esto quiere decir salvando el efecto del aumento generalizado de precios) de la recaudación, es muy probable que el Gobierno busque aumentar la efectividad a la hora de recaudar, y lo haga utilizando todas las herramientas con las que cuenta en su poder. Después de todo la AFIP no se trata de simples oficinistas inocentes.

En términos desagregados, entre los ingresos tributarios, según la tabla 2, podemos ver que el mayor aumento lo tendrá la imposición sobre los ingresos, sin embargo intenta ser uniforme respecto a la imposición con el patrimonio y el consumo.

Me gustaría no extenderme demasiado exponiendo todas las partidas del presupuesto, sí puedo comentar respecto a ello que podremos esperar mecanismos para aumentar la recaudación y también un aumento de las alícuotas, o bien sin variaciones de los mínimos no imponibles, entre otros mecanismos.

Respecto a la cuenta AIF, lo que voy a retratar es la variación interanual de las partidas respecto de enero 2020 con enero 2019, también en términos reales y por el mismo mecanismo que el presupuesto. La cuenta AIF, es el mecanismo a través de cual se demuestra la ejecución presupuestaria del presupuesto anteriormente mencionado, y toma en cuenta si hay ahorro o desahorro en el sector público, la inversión del mismo y a su vez con qué mecanismos se financia en caso de necesitar financiamiento. Cabe destacar que según la cuenta AIF enero 2020, hay un déficit primario en términos nominales, esto quiere decir que no alcanza para pagar intereses de la deuda y eso se explica porque hubo un incremento interanual del gasto por sobre el incremento interanual de la recaudación. En términos generales, de repetirse la misma situación y no existiendo crecimiento del PBI podríamos ver que el riesgo país siga subiendo dado que el fisco nacional no puede demostrar qué va a poder hacer frente a sus obligaciones. Ese déficit primario que luego se traduce en un déficit financiero se solventa con más deuda pública.

Como podemos observar, hay un incremento interanual real del gasto público, sobre todo en los rubros referidos a transferencias a provincias y subsidios económicos explicados en gran parte por un aumento del subsidio a las tarifas de energía y transporte. Lo que podemos esperar es que las tarifas de energía eléctrica y las referidas al transporte público se vean sin aumentos por un largo período de tiempo.
Más allá de lo obvio, es necesario recordar que lo que se puede esperar los próximos meses es un aumento del gasto público con las expectativas de un mayor ajuste de los privados vía mayor exacción impositiva en términos reales.
Como conclusión me gustaría recordar que a pesar de los discursos y de lo que se diga, lo que está presupuestado y lo que se va ejecutando mes a mes es lo que tiene importancia, solo tomando en cuenta lo que se realizó hasta ahora podemos saber hacia dónde estamos yendo. Si en algún momento de estos 4 años se habla de ajuste, no esperen que sea un ajuste con baja del gasto público, sino un ajuste por aumento de la recaudación.

 

Sebastián Ezequiel Galeano
Estudiante de Lic. En Administración
Colaborador del Club de la Libertad

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